Trabajo de revisión que identifica monoterapias y enfoques de tratamientos multimodales para el manejo clínico de la rosácea
Lugones Editorial©
La rosácea es una dermatosis crónica común. En este trabajo, los autores identifican monoterapias y enfoques de tratamientos multimodales para el manejo clínico de la rosácea, incluidas las terapias tópicas, sistémicas, láser y ligera, alternativas y combinadas.
La rosácea tiene una prevalencia de aproximadamente el 5,46% de la población mundial. Clínicamente, puede presentarse con enrojecimiento, eritema, pápulas, pústulas, telangiectasias, cambios fimatosos, prurito, ardor y picor.
La fisiopatología de la rosácea no se entiende del todo, pero se sospecha que es un componente multifactorial con factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo y progresión.

Se sospecha que la causa de la rosácea es un componente multifactorial con factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo y progresión
Gestión terapéutica actual y emergente
Actualmente, ningún tratamiento ha sido completamente curativo para la rosácea, y la calidad de la evidencia de los tratamientos disponibles varía según la modalidad, siendo las terapias tópicas las que tienen el mayor nivel de evidencia.
Los pacientes con rosácea pueden presentar una multitud de características cutáneas con diferentes niveles de gravedad. La composición individual de las características clínicas guía el tratamiento, que van desde la monoterapia leve hasta las terapias combinadas que abordan elementos únicos o múltiples a través de mecanismos adicionales. El tratamiento exitoso a menudo tiene como objetivo apuntar a fenotipos específicos.

Opciones de tratamiento de la rosácea por fenotipo
Estrategias basadas en fenotipos
- Eritema persistente y enrojecimiento. El enfoque inicial del tratamiento puede incluir evitar los desencadenantes del enrojecimiento junto con la ocultación cosmética, el cuidado suave de la piel y la protección solar. Estos enfoques conservadores no deben desalentarse después del fracaso. Si la piel es resistente a las medidas iniciales, se pueden utilizar intervenciones tópicas como la brimonidina o la oximetazolina. Otras terapias tópicas, como el ácido azelaico y los antimicrobianos, carecen de evidencia en el eritema persistente aislado.
- Pápulas y pústulas. La mayoría de los pacientes pueden ser tratados con éxito con metronidazol tópico, ácido azelaico o ivermectina. Si el control sintomático deseado no se logra después de 8 a 12 semanas de uso diario constante, se puede implementar un agente tópico diferente o un agente sistémico.

Factores desencadenantes de la rosácea. El color azul representa componentes que contribuyen a la fisiopatología de los cambios cutáneos relacionados con la rosácea, el color rojo los tratamientos y sus respectivos efectos inhibidores
- Participación ocular. Sensaciones de cuerpo extraño, telangiectasias palpebrales, chalazión frecuente, blefaritis, conjuntivitis y úlceras corneales pueden ser características de la rosácea con o sin manifestación cutánea. Los pacientes con afectación ocular deben ser derivados a oftalmología para minimizar el riesgo de pérdida de visión. Las presentaciones más leves de la enfermedad pueden tratarse con lágrimas artificiales y una higiene adecuada de los párpados. Para los síntomas moderados a severos, se pueden utilizar gotas oftálmicas tópicas de metronidazol o ciclosporina después de descartar una infección ocular. La doxiciclina también se utiliza con frecuencia para tratar la rosácea ocular.
- Características atípicas. Los nódulos y las pápulas de color marrón rojizo o marrón amarillo en la cara, que están acompañadas de forma variable por características típicas de la rosácea, pueden indicar una variante rara llamada rosácea granulomatosa. El tratamiento reportado incluye doxiciclina, minociclina e intervenciones tópicas de rosácea de uso común.

La rosácea puede presentarse con enrojecimiento, eritema, pápulas, pústulas, telangiectasias, cambios fimatosos, prurito, ardor y picor
Terapias tópicas
Los agentes tópicos para la rosácea papulopustular deben elegirse de acuerdo con el tipo de piel del paciente, la sintomatología, el modo de acción, la eficacia y la seguridad.
- Metronidazol. Contiene propiedades antiinflamatorias y se utiliza para tratar el eritema, las pústulas y las pápulas. Funciona inhibiendo la síntesis de proteínas y causando roturas de hebras y estrés oxidativo en organismos susceptibles. Tanto las formulaciones de crema al 1% como las formulaciones de gel al 0,75% redujeron el recuento de lesiones y el eritema, al tiempo que mejoraron las puntuaciones globales de rosácea del médico.

Los pacientes afectados por la rosácea presentan tasas más altas de ansiedad y depresión reportadas
- Ivermectina. Proporciona otra terapia viable para el tratamiento de las pápulas y pústulas de la rosácea. Tiene efectos antiparasitarios contra D. Folliculorum, y propiedades antiinflamatorias que aumentan la IL-10 y disminuyen la IL-1β, el TNF-α y la actividad neutrofílica.
- Sulfacetamida de sodio/azufre. Esta combinación es segura y eficaz, con evaluaciones globales del sujeto y del médico que muestran reducciones significativas de lesiones papulopustulares del 65% frente al 44%, y reducción del eritema del 66% frente al 33% en comparación con el grupo del vehículo.
- Ácido azelaico. La utilidad del ácido azelaico, especialmente para el subtipo papulopustular de la rosácea, ha sido bien establecida. Tanto las formas de gel del 15 % como de la crema del 20 % son igualmente efectivas.
- Tartrato de brimonidina. Se emplea comúnmente para el tratamiento de la rosácea eritematotelangiectática. Estimula los receptores alfa-adrenérgicos y tiene una mayor afinidad por los receptores alfa-2 en comparación con los receptores alfa-1.
- Clorhidrato de oximetazolina. La oximetazolina es un potente agonista alfa-1 aprobado para tratar el eritema persistente en la rosácea. Los efectos se pueden ver dentro de 1 a 3 horas de aplicación y duran hasta 8 a 10 horas.
- Ácido salicílico. Se ha utilizado para tratar el acné, la hiperpigmentación y otras dermatosis inflamatorias. Del mismo modo, puede dirigirse a los cambios inflamatorios y vasculares que ocurren con la rosácea papulopustular a través de la cascada de ácido aracidónico. Sin embargo, algunos efectos secundarios reportados incluyen costra temporal, exfoliación intensa, sequedad y eritema, especialmente en pacientes con piel sensible.

Los agentes tópicos para la rosácea papulopustular deben elegirse de acuerdo con el tipo de piel del paciente, la sintomatología, el modo de acción, la eficacia y la seguridad
Terapias sistémicas
Las tetraciclinas, los macrólidos y la isotretinoína se consideran medicamentos orales principales y terapias de primera línea en el tratamiento de la inflamación de las toxinas y la rosácea papulopustular.
Otros agentes sistémicos incluyen el metronidazol, el carvedilol, la clonidina, el propranolol, la gabapentina, la hidroxicloroquina, la secukinumab, la rifaximina y el zinc. Aunque son menos eficaces que los agonistas vasculares tópicos, los medicamentos orales pueden ser ventajosos para disminuir el eritema persistente.

El dolor y la irritación asociados con la condición también suponen una carga significativa para la calidad de vida
Otras terapias sistémicas
Los betabloqueantes orales, como el carvedilol y el propranolol, reducen rápidamente el eritema y el enrojecimiento. El sulfato de zinc oral también puede ofrecer alivio de varios síntomas de rosácea, pero existe evidencia contradictoria.
Asimismo, otras opciones que se mencionan son:
- Láseres y luces
- Láser de tinte pulsado y luz pulsada intensa
- Neodimio: Láseres de itrio-aluminio-granete
- Láser de CO2
Otras modalidades
- Camuflaje. El camuflaje cosmético, como las bases y polvos de color verde y amarillo, pueden ayudar a disminuir la apariencia eritemática de la rosácea.
- Toxina botulínica. La inyección intradérmica de toxina botulínica puede ser un tratamiento seguro y efectivo para la rosácea, particularmente para pacientes con eritema refractario que no han respondido bien a otras terapias.
- Ácido hialurónico. El ácido hialurónico de bajo peso molecular (LMW-HA) tópico y transdérmico es una alternativa segura y efectiva que se puede usar con otros tratamientos para la rosácea.

El ácido hialurónico de bajo peso molecular tópico y transdérmico es una alternativa segura y efectiva que se puede usar con otros tratamientos para la rosácea
Conclusiones
La rosácea puede tener un impacto sustancial en la apariencia de un paciente. El dolor y la irritación asociados con la condición también suponen una carga significativa para la calidad de vida. No es sorprendente que los pacientes afectados por la rosácea tengan tasas más altas de ansiedad y depresión reportadas.
Aunque las terapias actuales no pueden curar la enfermedad, se ha demostrado que un manejo adecuado con una mejora clínica de la carga de la enfermedad mejora la calidad de vida del paciente.
Si bien la rosácea continúa afectando a una gran parte de la población, los recientes avances en las terapias combinadas han dado como resultado tratamientos más efectivos y duraderos.
La clave para el manejo efectivo de la rosácea es la identificación del fenotipo, la evaluación de la gravedad de los síntomas y la elección de tratamientos que satisfagan las necesidades y expectativas del paciente; teniendo en cuenta la eficacia, el costo y la probabilidad de adherencia al régimen.
La investigación continua sobre los aspectos médicos y cosméticos de la rosácea ayudará a refinar y mejorar las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes.

Si bien la rosácea continúa afectando a una gran parte de la población, los recientes avances en las terapias combinadas brindan tratamientos más efectivos y duraderos
Tratamientos para la rosácea
Fuente
Nguyen C, Kuceki G, Birdsall M, et al. Rosacea: practical guidance and challenges for clinical management.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38283794/
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