La vitamina D es fundamental para el crecimiento de los huesos y el balance mineral del cuerpo. Se produce en la piel, principalmente por la acción de los rayos solares
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La vitamina D se produce en la piel principalmente por la acción de los rayos del sol. Forma un compuesto denominado colecalciferol que, al llegar al hígado y luego a los riñones, se convierte en vitamina D activa. A su vez, cuando se incorpora a través de alimentos es absorbida junto con las grasas con la ayuda del buen funcionamiento del páncreas y de las vías biliares. Se almacena principalmente en el hígado, aunque también en otras partes del cuerpo como la piel, el cerebro, el bazo y los huesos.
Entre sus propiedades y funciones se destacan: mantener los niveles de calcio y fósforo normales, reducir el daño de los cartílagos, proteger contra la diabetes, participar en el crecimiento y maduración celular, fortalecer el sistema inmune, disminuir el riesgo de arteriosclerosis y beneficiar la coagulación de la sangre, entre otras.
Por su parte, la falta de vitamina D puede ocasionar raquitismo en los niños, osteomalacia en los adultos (reblandecimiento de los huesos), osteoporosis, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, enfermedades infecciosas, hipertensión arterial, patologías cardiovasculares, incluso algunos tipos de cáncer.
Entre las propiedades y funciones de la vitamina D se destacan: mantener los niveles de calcio y fósforo normales, reducir el daño de los cartílagos, participar en el crecimiento y maduración celular y fortalecer el sistema inmune, entre otras
Muy pocos alimentos contienen vitamina D de manera natural; las mejores fuentes están en los pescados grasos (atún, salmón, caballa), mientras que el hígado, queso, hongos y las yemas de los huevos suministran pequeñas cantidades. Asimismo, varios alimentos son enriquecidos con esta vitamina, incluso existen suplementos para aquellas personas que necesiten tomar dosis extra de esta vitamina: por ejemplo, como tratamiento adyuvante, junto con una terapia con calcio, para la reducción de la pérdida ósea posmenopáusica y prevención de fracturas en pacientes, cuya ingesta de vitamina D y calcio son insuficientes.
Cabe recordar que el cuerpo produce esta vitamina cuando la piel se expone directamente a los rayos solares, motivo por el cual también se la conoce como “la vitamina del sol”. Algunos expertos sugieren que unos pocos minutos de luz solar directamente sobre la piel de la cara, brazos, espalda o piernas (sin protector solar y fuera del horario de 11 a 16 horas) todos los días pueden producir la vitamina D que el cuerpo necesita.
Referencia: MedlinePlus.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.