Microbioma de la piel

Lugones Editorial

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Trabajo que incluye una visión general del microbioma de la piel, el potencial de desplazamiento de patógenos y la disbiosis en patologías cutáneas comunes

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El interés reciente en el diverso ecosistema de bacterias, hongos, parásitos y virus que componen el microbioma de la piel ha llevado a varios estudios que investigan el microbioma en piel sana y en una variedad de condiciones dermatológicas. 

Un desequilibrio de la flora normal de la piel puede causar algunas enfermedades de la piel, y las técnicas de cultivo actuales a menudo no pueden detectar un microorganismo para promover la comprensión de los correlatos clínico-microbiológicos de la enfermedad y la disbiosis. 

La dermatitis atópica y la rosácea son presentaciones que los médicos de cabecera a menudo manejan que pueden tener un componente infeccioso o microbiológico, y pueden ser difíciles de tratar. 

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La dermatitis atópica y la rosácea pueden tener un componente infeccioso o microbiológico, y pueden ser difíciles de tratar

Introducción

El microbioma de la piel es un ecosistema microbiano complejo y de baja biomasa, dominado por bacterias, pero también incluye hongos (como Malassezia) y virus. Su composición varía según el tipo de piel (sebácea, seca o húmeda) y plantea desafíos metodológicos para su estudio. 

En las últimas décadas, se ha reconocido su rol clave en la salud cutánea y en diversas enfermedades dermatológicas. A diferencia de otros microbiomas corporales, el cutáneo es difícil de estudiar por su baja biomasa, la heterogeneidad de los sitios y las limitaciones de las técnicas de cultivo clásicas.

Avances en secuenciación (especialmente del gen 16S rARN) permitieron identificar géneros bacterianos predominantes como StaphylococcusCutibacterium y Corynebacterium, así como evidenciar la importancia de la variabilidad intraespecie y de las interacciones con hongos y virus. Malassezia es el hongo dominante, mientras que Demodex (ácaro) y sus bacterias asociadas también juegan un rol, por ejemplo, en rosácea.

A pesar de los avances, todavía no existe un método estandarizado universal para el estudio del microbioma cutáneo. La disbiosis microbiana ha sido implicada en enfermedades comunes como dermatitis atópica, rosácea e hidradenitis supurativa, donde los tratamientos antibióticos suelen ser poco eficaces, subrayando la necesidad de enfoques basados en el microbioma.

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El microbioma de la piel es un ecosistema microbiano complejo y de baja biomasa, dominado por bacterias, pero también incluye hongos y virus

Objetivos

Los autores realizaron una búsqueda bibliográfica para identificar artículos relevantes y proporcionar una visión general del microbioma de la piel, la resistencia natural de la piel, los organismos comensales en diferentes sitios y evidencia para describir aún más el papel de la disbiosis en la dermatitis atópica, la rosácea y la hidradenitis supurativa.

La piel funciona como una barrera física que previene la infección, al tiempo que permite un hábitat para los organismos comensales. La piel se encuentra constantemente con patógenos, y para evitar infecciones, la dermis y la epidermis han desarrollado múltiples defensas innatas, como los péptidos antimicrobianos, incluidos β-defensinas, neuropéptido de la piel (sustancia P) y catelicidinas. 

Muchos de estos péptidos tienen actividad antibacteriana, antiviral y antifúngica. Algunos péptidos tienen un papel específico en la piel normal contra ciertos microbios, mientras que otros péptidos actúan cuando la barrera de la piel está dañada. 

El microbioma de la piel varía según el contenido de humedad, el pH, la temperatura y la concentración de la glándula sebácea, además de otros factores como el entorno exógeno y la genética del huésped.

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Comunidades microbianas de la piel por el microambiente de la piel

Las principales especies de bacterias de la piel son CutibacteriasCorynebacteriaeStaphylococci. Hay una interacción dinámica y rica entre estos organismos comensales, muchos de los cuales pueden modular la patogenicidad. SomeCutibacterium spp., por ejemplo, promueve la virulencia de Staphylococcus aureus. Otros, como Corynebacterium striatus, tienen una especie de “efecto nutritivo”, cambiando S. aureus de un patógeno a un comensal.

Disbiosis en dermatitis atópica 

La dermatitis atópica (DA) se asocia con una marcada disbiosis cutánea, caracterizada por sobrecrecimiento de Staphylococcus aureus (presente en >90% de los pacientes) y reducción de la diversidad bacteriana, especialmente durante los brotes. Este desequilibrio se relaciona con barrera cutánea alterada, inmunidad Th2 exacerbada (incluyendo superantígenos bacterianos) y disminución de péptidos antimicrobianos. 

La normalización del microbioma se vincula con mejoría clínica. Estrategias combinadas (corticoides tópicos, antimicrobianos, baños de lejía) han demostrado restaurar la diversidad microbiana y reducir la colonización por S. aureus.

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La dermatitis atópica se asocia con una marcada disbiosis cutánea, caracterizada por sobrecrecimiento de Staphylococcus aureus y reducción de la diversidad bacteriana

Disbiosis en rosácea

La rosácea involucra una interacción compleja entre disbiosis (aumento de Demodex spp., Bacillus oleroniusS. epidermidis y Cutibacterium acnes) y disfunción de la barrera cutánea. Demodex, junto a bacterias asociadas, activa vías inflamatorias mediante proteasas y estimula la respuesta inmune innata.

 Los brotes papulopustulosos responden bien a metronidazol e ivermectina tópica (esta última reduce la carga deDemodex). B. oleronius podría actuar como desencadenante inflamatorio, contribuyendo a la eficacia de los antibióticos más allá de su efecto antiinflamatorio.

Disbiosis en hidradenitis supurativa 

La hidradenitis supurativa (HS) muestra una disbiosis dominada por bacterias anaeróbicas (ej. Peptoniphilus,PrevotellaPorphyromonas), correlacionadas con la gravedad clínica. Hay pérdida de Cutibacterium acnes y aumento de Corynebacterium.

La ruptura folicular inicial, seguida de inflamación y formación de túneles, favorece un microambiente alterado que perpetúa el daño tisular. Los antibióticos dirigidos y terapias biológicas como adalimumab y secukinumab se utilizan en formas moderadas a graves. Comprender mejor el microbioma de la HS puede abrir nuevas vías terapéuticas más precisas.

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Tratamiento de la hidradenitis supurativa

Conclusiones

Se requiere investigación futura para explorar el microbioma de la piel en enfermedades infecciosas claramente definidas y en afecciones dermatológicas caracterizadas por disbiosis, como el eczema y la hidradenitis supurativa. 

Comprender la flora cutánea normal es fundamental para entender cómo el desequilibrio microbiano puede estar asociado con el desarrollo y la progresión de las enfermedades de la piel, así como con los procesos de cicatrización, especialmente en poblaciones con alta carga de enfermedades cutáneas.

El desarrollo de protocolos optimizados para el estudio del microbioma cutáneo permitirá evaluar con mayor precisión la disbiosis en diferentes dermatosis y el impacto de terapias, incluyendo los tratamientos biológicos. Además, la investigación del eje microbioma piel-intestino está emergiendo como un área clave que podría influir tanto en la susceptibilidad como en la severidad de ciertas enfermedades dermatológicas.

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Comprender la flora cutánea normal es fundamental para entender cómo el desequilibrio microbiano puede estar asociado con el desarrollo y la progresión de las enfermedades de la piel

Es fundamental avanzar en el uso de técnicas moleculares para identificar con mayor precisión las bacterias y su interacción con el sistema inmunológico, lo que facilitará el diseño de terapias más específicas y efectivas. La creación de colecciones bacterianas mediante enfoques “culturómicos” (culturomics) contribuirá a distinguir entre bacterias beneficiosas y patógenas, promoviendo así tratamientos personalizados.

Actualmente, la falta de estandarización en el muestreo y en los métodos de análisis ha limitado el progreso en esta área. Sin embargo, la implementación de protocolos rigurosos y la evaluación del impacto de antibióticos y probióticos tópicos tienen el potencial de transformar el manejo clínico de enfermedades inflamatorias como la dermatitis atópica, la rosácea y la hidradenitis supurativa.

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Es fundamental avanzar en el uso de técnicas moleculares para identificar con mayor precisión las bacterias y su interacción con el sistema inmunológico, lo que facilitará el diseño de terapias más específicas y efectivas

Fuente

Smith A, Dumbrava R, et al. An overview of the skin microbiome, the potential for pathogen shift, and dysbiosis in common skin pathologies. Microorganisms 2025; 13(1).