Tener una actitud positiva es la llave para alcanzar las metas propuestas, encontrar soluciones y descubrir nuevas posibilidades
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
En los días en que todo parece salir mal desde que el comienzo (no sonó el despertador, se cortó la luz o el auto no arranca), ciertas personas se mal predisponen y piensan que la jornada será una terrible “tortura”. La clave es que “esa” parte del día no promueva una mala actitud porque, de ese modo, las 24 horas estarán cargadas de pesimismo y mala onda.
No importa que el despertador no sonó, que no hay luz o el auto no arranca; es necesario ver el lado positivo de las situaciones, siempre que se quiera encontrarlo. Una persona que piensa positivamente no significa que niegue lo negativo; por el contrario, no está dispuesta a vivir “con” lo negativo.
La persona con actitud positiva detecta oportunidades en todo lugar y sabe aprovecharlas
Buscar la solución
Generalmente existen dos tipos de actitudes.
- De clausura: generalmente las mantienen quienes perciben las dificultades como “amenazas” o cierran la puerta a las soluciones, incluso se enclaustran en lo dramático y ven principalmente la dificultad.
- De apertura: son características de quienes viven las dificultades como problemas a resolver y buscan la salida más eficaz posible. Por ende, lo más recomendable para vivir con optimismo y sortear los obstáculos de la vida diaria es mantener una actitud de apertura.
Varias personas desean tener una actitud optimista, pero muchas veces caen en un pensamiento negativo que les impide ser felices. Esto se debe a que existen pensamientos automáticos que aparecen sin desearlos.
Una persona optimista es aquella que busca una alternativa para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto; no es ingenua ni se deja llevar por ideas prometedoras, por el contrario, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. En los errores y equivocaciones, el optimista siempre encuentra una experiencia positiva de aprendizaje.
Dado que la mente puede influir sobre la enfermedad, el optimismo es una característica fundamental para “producir” buena salud. La esperanza sostiene la vida y la ilusión, mientras que la desesperanza (o pesimismo) puede provocar todo lo contrario. Por lo tanto, mantener una actitud positiva es importante para la salud física y mental porque proporciona más años de vida; al expresar las emociones positivas, la tensión, los desafíos y la adversidad se afrontan con mayor facilidad, y se experimenta menos estrés.
Es necesario ver el lado positivo de las situaciones, siempre que se quiera encontrarlo
Tips para el optimismo
- Creer en uno mismo. Una persona con actitud positiva siempre piensa positivamente en su valor personal; es decir, confía en sí misma.
- Ver lo mejor en los demás. Un optimista aprecia a los demás y tratar de ver lo bueno en ellos.
- Descubrir oportunidades. La persona con actitud positiva detecta oportunidades en todo lugar y sabe aprovecharlas.
- Buscar soluciones. Es fácil ver los problemas y lamentarse por ello; pero la característica de una persona optimista reside en su capacidad para encontrar la solución y sortear imposibilidades.
- Persistir. Insistir y perseverar son actitudes de la persona optimista, aquella que no se desanima y a quien los desafíos sólo la estimulan a un mayor esfuerzo.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.