La diabetes gestacional puede afectar a todas las embarazadas, principalmente a aquellas mayores de 30 años, y con antecedentes familiares y sobrepeso
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Todas las futuras mamás desean que su bebé nazca sano. Durante nueve meses anhelan que ello suceda, y por ende deben cuidarse y tomar varias precauciones que garanticen el correcto desarrollo de su bebé. Sin embargo, la diabetes gestacional es una de las patologías que pueden sufrir algunas embarazadas: “Aparece en un subgrupo de féminas en las cuales la insulinorresistencia adquirida en etapas tardías del embarazo enmascara una falla de la célula beta (productora de insulina) en el páncreas la cual previamente no fue reconocida”, manifiesta la Dra. Silvia Gorbán de Lapertosa, de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).
En este sentido, la diabetes gestacional puede afectar a todas las embarazadas, pero presentan mayores probabilidades de padecerla aquellas mayores de 30 años, con antecedentes familiares de diabetes y sobrepeso.
Las mamás que deben aplicarse insulina pueden amamantar a sus bebés porque la leche materna es el alimento más seguro y eficaz
Lo que deben saber
Según la Dra. Gorbán de Lapertosa, los principales factores de riesgo que determinarían la presencia de diabetes gestacional en las embarazadas son:
- Edad mayor o igual a 30 años.
- Antecedentes de diabetes en familiares de primer grado.
- Antecedentes de diabetes gestacional en un embarazo previo.
- Pacientes con índice de masa corporal de 27 o superior, presente al comienzo del embarazo (sobrepeso y obesidad).
- Antecedentes de macrosomía fetal (un hijo de 4 kg. o más).
- Antecedentes de mortalidad perinatal inexplicada.
- Síndrome de poliquistosis ovárica.
- Antecedentes de la madre de alto o bajo peso al nacer.
- Glucemia en ayunas mayor a 85 mg/dl.
- Preeclampsia (hipertensión).
- Multiparidad.
- Consumo de drogas hiperglucemiantes (corticoides, retrovirales o betamiméticos, entre otros).
Cabe señalar que esta patología no presenta síntomas; solo se detecta si se sospecha la presencia de los factores de riesgo anteriormente mencionados y a través de un análisis de glucemia.
Con respecto al segundo aspecto, la entrevistada explica que: “Toda embarazada debe realizarse una glucemia en ayunas; si los valores son normales, se le recomendará efectuar la prueba de tolerancia a la glucosa, presente o no factores de riesgo. En caso de no poder hacerla, será imprescindible sugerirla a todas las embarazadas que posean factores de riesgo de diabetes gestacional. En este sentido, si el resultado de la glucemia en ayunas es de 100 mg/dl y se repite, o si es igual o mayor a este valor, se diagnostica diabetes gestacional.
Por su parte, si el valor en ayunas es menor, se realiza la prueba de tolerancia oral a la glucosa en ayunas y si luego de dos horas el valor es de 140 mg/dl o superior, se recomendará un diagnóstico de diabetes gestacional por prueba”.
Toda embarazada debe realizarse una glucemia en ayunas; si los valores son normales, se le recomendará efectuar la prueba de tolerancia a la glucosa, presente o no factores de riesgo
Amor de madre
El diagnóstico de diabetes gestacional angustia a todas las embarazadas, pero la buena noticia es que la mayoría de las mujeres tiene grandes esperanzas de tener un hijo sano dado que antes del descubrimiento de la insulina, en 1921, esta situación solo era posible en la mitad de las féminas.
Asimismo, otros de los temores es que el pequeño sea diabético: “Al momento de nacer, el bebé no será diabético pero la mamás debe saber que en la adolescencia es probable que sea obeso o desarrolle diabetes”. Sin embargo, la entrevistada enfatiza que “si la enfermedad no se controla durante el embarazo, el recién nacido puede presentar mayor peso del normal, con trauma en el momento del parto, hipoglucemia (bajón de azúcar al nacer), ictericia o dificultad respiratoria”.
Con respecto a la salud de la mamá, esta patología puede presentar algunos problemas como: presión arterial (preclampsia o eclampsia), parto prematuro o dificultades para el parto debido al gran tamaño del bebé por lo cual se aconsejará realizar una cesárea.
Sanos cuidados
En caso de diabetes gestacional, la madre debe mantener los valores de glucemia en ayunas entre 60 y 100 mg/dl, antes de las comidas, entre 70 y 100, y 2 horas después de comer, menor a 120 mg/dl. Esta indicación debe acompañarse de un adecuado plan de alimentación y realización de actividad física; si no se puede controlar la enfermedad, deberá suministrarse insulina humana NPH y correcciones con insulina corriente o análogos autorizados por la autoridad regulatoria (ANMAT).
“Todas las mujeres presentan una probabilidad de un 3 a un 6% de tener hijos con defectos al nacer, el mismo riesgo que en las mujeres con diabetes bien controlada. Los defectos del nacimiento son más frecuentes en aquellas que controlan mal su glucemia, antes y durante los primeros meses del embarazo; por ende, se aconseja observar la frecuencia de control de la glucemia durante este período de la siguiente manera: de seis a ocho veces por día antes de cada comida, una hora después de comer y en ocasiones por la madrugada. Asimismo, es fundamental que la mamá controle el nivel de cetonas en orina”.
Otras recomendaciones son: evitar las hipoglucemias, así como también las elevaciones de glucemia, y en aquellas embarazadas con peso adecuado, se aconseja un aumento de no más de 7 a 11 kg, según el peso previo al embarazo.
Con respecto a la alimentación, es fundamental que sea saludable, variada y equilibrada, la cual deberá contemplar: frutas y verduras (aportan fibras, vitaminas y minerales), lácteos (leche, yogur y quesos descremados, para obtener proteínas y calcio), carnes magras (preferentemente rojas, por su aporte de hierro y proteínas), además de cereales y pastas (por su riqueza en hidratos de carbono complejos). También se sugiere respetar los horarios de las cuatro comidas y su relación con la insulina, consumir dos colaciones diarias y no pasar más de ocho horas de ayuno nocturno.
Antes de concluir, y para tranquilizar a las mamás, aquellas que deben aplicarse insulina pueden amamantar a sus bebés tranquilamente porque, según señala la entrevistada: “La leche materna es el alimento más seguro y eficaz para el recién nacido y la insulina no pasa al mismo”.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.