Ponerse trabas o creer que no se es capaz de alcanzar diferentes objetivos, son formas de autoboicot cuya base es el miedo al cambio
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La mente, además de compleja, es retorcida porque no solo se temen cosas malas sino también las buenas. El éxito, ejemplo de un hecho positivo, en más de una ocasión paraliza a quien lo experimenta y en consecuencia la persona se autoboicotea, actitud que le impedirá prosperar y alcanzar sus objetivos, ya sean laborales, académicos, económicos o afectivos.
En realidad, se trata del miedo al cambio, dado que el éxito en cualquier plano de la vida genera transformaciones para las cuales es necesario “correrse” del área de confort. Es decir, el miedo consiste en tomar ciertas decisiones que modificarán determinados aspectos de la cotidianidad.
Se sueña con terminar una carrera, trabajar de lo que se ama o encontrar una pareja, sin embargo, en algún momento estos proyectos -que podrían cambiar radicalmente la vida- se desmoronan como un castillo de naipes, y allí surgen las falsas respuestas: “Al menos lo intenté”, “Otra vez será”, “Tuve mala suerte”. No obstante, estas palabras de consuelo no ocultan la verdadera realidad, que es el temor que siente una persona al cambio, a crecer, superarse y lograr sus objetivos en cualquier plano que se proponga.
A veces se inventan excusas y pretextos y, en consecuencia, se sabotean las relaciones personales, laborales y académicas, en definitiva, el propio camino al éxito y al cambio.
Solo a través del riesgo se alcanza el éxito
¿Por qué ocurre el autoboicot?
El autoboicot tiene origen en la desconexión y el desconocimiento de los verdaderos deseos y necesidades. De cierta forma existe una necesidad “oculta” que tiene un beneficio mayor que el deseo consciente que anima a ser mejor. Algunas de las causas del autoboicot son:
- Tener baja autoestima.
- Sentirse poco merecedor de vivir cosas buenas.
- Miedo al cambio y a asumir nuevas responsabilidades.
- Temor a fracasar.
- No intentar esforzarse.
- No saber priorizar lo realmente importante.
Por ende, las situaciones “saboteadoras” inconscientes son las que en realidad impiden lograr los objetivos que en forma consciente se desean. Por ejemplo, quienes se autoboicotean (o autodestruyen) no distinguen prioridades: les da lo mismo si tienen la posibilidad de realizar un viaje, salir con su pareja o comenzar una actividad que sea de su agrado, que seguir la rutina, trabajar o hacer las cosas de la casa; cualquiera sea la nueva situación que se les presente, encontrarán la forma de crear un obstáculo para no modificar su realidad y salir de su espacio de “confort”.
La clave para cambiar la realidad está en uno mismo
Camino al éxito
Para superar el autoboicot en primer lugar es fundamental dejar de ser el peor enemigo de uno mismo. Incluso hay que evitar los diálogos internos y las preguntas constantes, y actuar para cambiar la propia realidad. Hay que abandonar el miedo al cambio y darse la posibilidad de vivir de otra manera. Para ello se aconseja:
- Trabajar la autoestima.
- Regular los niveles de exigencia y tolerancia a la frustración.
- Mirar la realidad de otro modo.
- Revisar las emociones negativas.
- Reconocer los beneficios del pensamiento positivo.
- Saber arriesgar; solo a través del riesgo se alcanza el éxito.
- Reconocer que se está frente a una situación de propio bloqueo.
- Eliminar del vocabulario frases que acentúan el boicot y cambiarlas por otras como: “Yo puedo”, “Voy a cambiarlo”, “Me lo merezco”.
- Aceptar la responsabilidad de la propia vida y decidir por uno mismo.
- Tener objetivos claros y conectarse con las metas deseadas.
- Confiar más en uno mismo.
- Tomar el control del propio destino y actuar.
- Aprender, siempre aprender.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.