NO al bullying

Lugones Editorial

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La mayoría de los casos bullying traspasa el aula y se traslada a las redes sociales, donde la humillación se hace pública

Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial

El bullying se define como una conducta de hostigamiento o persecución física o psicológica que realiza una persona contra otra a quien elige como blanco de repetidos ataques; suele ser persistente y reiterada, y puede durar semanas, meses e incluso años. El término (que deriva de la palabra en inglés bull que significa toro, por lo cual se traduciría como “torear”) lo introdujo el noruego Dan Olweus hace más de 20 años luego de observar esta conducta en la escuela entre niños y adolescentes. No obstante, el hostigamiento entre pares también puede ocurrir en cualquier lugar donde exista un grupo que comparte varias horas: clubes, campamentos, actividades deportivas y recreativas. 

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El bullying es una conducta de hostigamiento o persecución física o psicológica, que suele ser persistente y reiterada

Cifras que alarman

Según datos de la UNESCO, 4 de cada 10 estudiantes secundarios admiten haber padecido acoso escolar. Cifras aportadas por el “Estudio sobre conflictividad y violencia en las escuelas secundarias (de gestión pública y privada) del Área Metropolitana de Buenos Aires” realizado por UNICEF y FLACSO en 2009 señalan que: 

  • El 66% de los alumnos tiene conocimiento de situaciones constantes de humillación, hostigamiento o ridiculización. 
  • El 18% reconoce sufrir burla de manera habitual por alguna característica física. 
  • El 16,4% recibe comentarios desagradables en público (con mayores proporciones en escuelas privadas). 
  • El 9,5% es tratado de manera cruel (con mayor nivel en escuelas privadas). 
  • El 5% dice haber sido obligado a hacer algo contra su voluntad.
  • El 3,1% declara haber sido tocado o tratado de tocar de manera sexual en contra de su voluntad de manera habitual o mas de una vez.
  • El 70,8% de los alumnos sostiene tener conocimiento de la ocurrencia de peleas con golpes entre alumnos en la escuela.
  • El 0,1% de los alumnos afirma tener conocimiento o ha escuchado que alguien haya llevado algún arma de fuego a la escuela.
  • Un 36,4% asegura tener conocimiento o haber escuchado que alguien haya llevado algún arma blanca a la escuela.
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Los maestros deben corregir al alumno ante cualquier conducta de exclusión de un par o amonestarlo ante cualquier conducta agresiva

Todos son víctimas

Si bien a veces se considera víctima al hostigado y victimario al hostigador, en definitiva, todos los que participan en el bullying en alguna medida son afectados por el mismo; es decir las víctimas son todos los involucrados.

Obviamente el niño hostigado presenta mayor riesgo de padecer enfermedades psíquicas y físicas como depresión, fobia escolar, ansiedad, trastornos de aprendizaje, cefalea o dolor abdominal, mientras que se ha observado que el hostigador también puede presentar cuadros de ansiedad, trastornos de conducta y baja autoestima. 

Aquel niño hostigado que puede transformarse en hostigador es quien tiene peor pronóstico. Hay chicos que son “buleados” en un medio y en forma reactiva “buleadores” en otro ambiente. Esto se da con aquellos maltratados por sus padres o hermanos que en la escuela son hostigadores. Por otro lado, los espectadores también pueden padecer cuadros psiquiátricos si lo que ven es muy grave y no tienen posibilidad de frenarlo.

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El niño hostigado presenta mayor riesgo de padecer enfermedades psíquicas y físicas como depresión o fobia escolar

Prevenir a tiempo

Algunas claves para prevenir el bullying incluyen:

  • Identificar conductas de hostigamiento en la escuela. 
  • Armar un reglamento de convivencia entre los alumnos, fomentar la ayuda entre pares y diseñar métodos de resolución de conflictos.
  • Corregir al alumno ante cualquier conducta de exclusión de un par o amonestarlo ante cualquier conducta agresiva, sea física o verbal.
  • Fomentar actividades de convivencia.
  • Poner supervisión en el recreo.
  • Armar un sistema para que los alumnos puedan reportar casos de hostigamiento.
  • Plantear reuniones entre padres y profesores.
  • Enseñar a los alumnos que quien ayuda a un compañero no es un “buchón”.

En caso de detectar un caso de bullying es preciso:

  • Detener la agresión.
  • Citar a los padres del agresor y del agredido para informar la situación.
  • Elaborar con el hostigador un compromiso por escrito de no agresión.
  • Enseñar técnicas de afrontamiento al hostigado para que pueda superar futuras situaciones conflictivas.

Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.