Los miomas uterinos afectan a más del 20% de las mujeres de más de 30 años en la etapa reproductiva
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
Sangrado intermenstrual (entre períodos), hipermenorrea (menstruaciones muy abundantes) o síndrome anémico son algunos síntomas que experimentan las mujeres que tienen miomas uterinos.
“Un mioma es un tumor mesenquimático de naturaleza benigna, constituido por fibras musculares lisas y conectivas, originado en el espesor del miometrio (pared del útero). Es frecuente en la etapa reproductiva y afecta a más del 20% de las mujeres de más de 30 años, en especial las de raza negra”, comenta el Profesor Dr. Javier Ortiz, Jefe de la División Ginecología del Hospital de Clínicas José de San Martín y miembro de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA).
Los miomas pueden presentarse en forma única o múltiple, y menos del 0,5% de los casos adquiere una transformación sarcomatosa (patología oncológica). Dado que son hormonodependientes, son más comunes en la etapa reproductiva; incluso si la paciente está embarazada, es muy probable que durante la gestación aumenten de tamaño.
La hipermenorrea, el sangrado entre períodos o los dolores son los síntomas más comunes
– ¿Cómo se clasifican?
– Según su ubicación, se clasifican en corporales (del 90 al 95% de los casos) o cervicales, y también en submucosos (si se desarrollan hacia la cavidad uterina con crecimiento centrípeto) o subserosos (si lo hacen hacia fuera con crecimiento centrífugo). En algunas situaciones pueden crecer demasiado hacia fuera y hacerse pediculados (poseen un pedículo que los une al útero) o raramente ser miomas parásitos (el pedículo se suelta, el mioma aparece en la cavidad abdominal y se nutre por una neovascularización de los tejidos aledaños).
Cabe aclarar que cuando un mioma submucoso progresa demasiado hacia la cavidad uterina, por contracciones puede ser expulsado a través del canal cervical. Se lo denomina mioma nascens y puede ocasionar abundante sangrado y dolor.
Según su ubicación, se clasifican en corporales o cervicales, y también en submucosos o subserosos
– ¿Qué síntomas provocan?
– Es probable que los miomas evolucionen lentamente y los síntomas no se perciban. Entre un 30 a un 50% son asintomáticos y se descubren accidentalmente en un control ginecológico. Pero cuando se manifiestan, la hipermenorrea (aumento de sangrado) o el sangrado entre períodos son los más comunes.
La anemia es otra manifestación frecuente, así como la sintomatología urinaria (cuando el mioma comprime la vejiga), los trastornos evacuatorios (por compresión en el recto) o la compresión ureteral. Otro motivo común de consulta es la miomatosis uterina que se relacionaría con la infertilidad, la esterilidad y el aborto recurrente.
Cabe aclarar que cuando la paciente entra en la menopausia, al disminuir los estrógenos, los miomas tienden a atrofiarse.
Ante sangrados importantes, hemorragias entre períodos o aumento del volumen abdominal, hay que consultar con el ginecólogo
– ¿Cómo se diagnostican?
– Además de la historia clínica, otro aspecto importante es el examen ginecológico.
Con respecto a los estudios de diagnóstico complementarios, el gold estándar es la ecografía ginecológica trasvaginal, pero si los miomas son muy grandes y exceden la pelvis, se solicitará una ecografía combinada con transductor abdominal.
También puede solicitarse: una histerosalpingografía (estudio radiológico que permite observar irregularidades en la cavidad uterina por la presencia de miomas), una histeroscopia (emplea una endocámara para examinar el cuello uterino y la cavidad del útero, e incluso pueden extirparse por esta vía), una histerosonografía (brinda imágenes del interior del útero), un urograma excretor (detecta si existe dilatación ureteral), además de los estudios de laboratorio donde se revela si la paciente tiene sangrado por los miomas, por un trastorno en la coagulación o por otro tipo de problemas y con los cuales se confirma si tiene anemia.
– ¿Qué consecuencias pueden ocasionar?
– Si los miomas ocupan gran parte de la pared uterina y entran en contacto con el endometrio o lo desplazan, pueden provocar infertilidad/esterilidad o afectar el desarrollo de la placenta. Ocurre lo mismo cuando son muy grandes en la relación trompa-ovario, o si el líquido seminal no puede llegar al canal cervical para alcanzar las trompas y producir la fertilización.
Los miomas pueden presentarse en forma única o múltiple, y menos del 0,5% de los casos adquiere una transformación sarcomatosa (patología oncológica)
– ¿Qué ocurre en caso de embarazo?
– Hay que estar atentos a la evolución de los miomas porque pueden provocar aborto espontáneo, partos pretérmino o presentación anormal del bebé al momento del parto.
– ¿Cómo se tratan?
– Según la edad, síntomas, estado general de la paciente, y del número, tamaño y ubicación de los miomas, se determinará un tratamiento expectante, sintomático o quirúrgico. Farmacológicamente suelen prescribirse anticonceptivos orales (para reducir el sangrado) y, con cautela, análogos GnRH (disminuyen el tamaño de los miomas y los hacen accesibles para una futura cirugía). En pacientes con sangrado, el dispositivo intrauterino liberador de levonoergestrel disminuiría la sintomatología, sin incidir demasiado en el tamaño de los miomas.
Con respecto a las indicaciones quirúrgicas, corresponden para las pacientes con un útero aumentado de tamaño (como si fuera de 12 semanas de gestación), en caso de mioma nascens o subseroso pediculado, cuando no hay respuesta al tratamiento hormonal, si se produce necrobiosis (muerte del tejido), si se comprimen los órganos pelvianos o cuando los miomas se asocian a una transformación sarcomatosa (mioma oncológico).
Los miomas de localización submucosa, por lo general, tienen indicación quirúrgica por el sangrado que provocan. En cada caso se determinará la cirugía correspondiente que puede ser: miomectomía (solo se extirpa el mioma) en pacientes con deseos de fertilidad, por vía abdominal o por histeroscopia (se extirpa mediante una endoscopia) en caso de miomas submucosos o histerectomía (extirpación del útero solo para las pacientes que no desean ser madres).
El consejo para todas las mujeres que presentan sangrados importantes, hemorragias entre períodos o aumento del volumen abdominal, es que no se dejen estar y que consulten periódicamente con su ginecólogo para tratar los síntomas y controlar la evolución de sus miomas.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.