El acné es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel que afecta a la mayoría de las personas. Conozca las preguntas más comunes acerca de esta patología
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
El acné es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel que se localiza especialmente en la cara y el tronco. Afecta a la mayoría de las personas en algún momento de su vida y si bien en general comienza durante la pubertad, puede aparecer también por primera vez en la adultez, después de los 25 años, y ocasionalmente en niños pequeños.
A simple vista se observan puntos color piel o negros (comedones), pápulas y pústulas (los típicos “granitos” con punta amarilla) y lesiones más profundas, muchas veces dolorosas, como nódulos y quistes. También puede haber manchas oscuras o rojas, y cicatrices deprimidas o sobreelevadas.

Si bien el acné comienza durante la pubertad, puede aparecer también por primera vez en la adultez, después de los 25 años
¿Por qué se origina el acné?
En las personas con acné, las glándulas sebáceas (productoras del sebo o de la “grasa” de la piel) son hipersensibles incluso a niveles normales de hormonas; esto provoca una una gran producción de un sebo distinto al presente en la piel normal.
Además del sebo, se agrega el engrosamiento de la pared interna del folículo piloso, lo que genera un efecto de obstrucción. Si el folículo obstruido sobresale hacia la superficie, se ve como un punto blanco, mientras que si el folículo obstruido se abre a la superficie de la piel, forma el conocido “punto negro”.
Todos estos cambios se acompañan de modificaciones en los microorganismos que conviven normalmente en la piel, y en el acné predomina la bacteria Cutibacterium acnes, que provoca inflamación.

Cabe destacar que el acné no es infeccioso y no se transmite a otras personas
¿Cuáles son los factores predisponentes?
Los factores que pueden contribuir al acné son:
- Genética. Los antecedentes familiares de acné influyen en la presencia de acné en las generaciones posteriores.
- Hormonas. La mayoría de las personas con acné tiene niveles hormonales normales. Sin embargo, determinados cambios en las hormonas pueden favorecer el acné en algunos pacientes como por ejemplo durante el período menstrual, el embarazo o en algunas enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico.
- Alimentación. Aquellos con alto índice glucémico como los dulces, los azucarados, los ultraprocesados, la papa, el arroz, las harinas blancas y los lácteos y algunos suplementos dietarios (ej: proteína del suero de la leche) pueden influir en el acné.
- Algunos medicamentos (corticoides, litio, etc.), cosméticos de pelo y piel oclusivos (como aquellos basados en aceites minerales, petrolato, etc) también son responsables del acné.
- Factores ambientales. Sol, contaminación, tabaco.
- Estrés.

El sol, la contaminación ambiental y el tabaco son algunos factores que predisponen al acné
¿Qué rol cumple la alimentación?
Por décadas se discutió el rol del tipo de dieta en el acné con resultados diversos.
La llamada “dieta occidental”, que incluye alimentos procesados y ultraprocesados, azúcar refinado, carne roja y lácteos, es la más señalada como causante del acné. Esto se sustenta en ciertos estudios científicos y en la observación de algunas poblaciones que tradicionalmente no padecían acné, en las cuales junto con la incorporación de estos alimentos, se observó la aparición de la enfermedad.
Se conoce como índice glucémico a la carga de hidratos de carbono (o azúcares) que se aprecia en la sangre luego de una comida. Los alimentos con alto índice glucémico son aquellos que se digieren y se absorben rápidamente, y en consecuencia elevan de forma brusca el valor de la glucosa (azúcar) en la sangre. Por ejemplo, las golosinas, los jugos azucarados y cualquier alimento con azúcar agregado. Esta sobrecarga de azúcar genera una reacción del organismo mediada por una hormona llamada insulina y otros factores, llamados factores similares a la insulina, los cuales están encargados de facilitar la entrada de esa glucosa a los diferentes tejidos del cuerpo para ser usada como energía.
- Por otro lado, los alimentos con bajo índice glucémico son los que se digieren lentamente y, si bien pueden contener hidratos de carbono, no aportan una sobrecarga rápida de azúcares a la sangre y, por ende, picos menores de insulina. En este grupo se encuentran la harina integral, ciertas verduras y frutas enteras.
- El aumento de la insulina y los factores similares a la insulina que provoca la dieta con alto índice glucémico (o ciertas enfermedades como la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina), eleva la producción de sebo de las glándulas de la piel, favorece su taponamiento e inflamación. Esto se expresa como mayor grasitud de la piel y granitos con pus.
- La leche, además de contener hormonas y factores similares a la insulina, es rica en una proteína, la whey protein, que también se consume en suplementos para generar masa muscular. Esta es causante de acné. Cuanto más descremada es la leche, más contenido de whey protein y factores similares a la insulina tiene, por lo que puede afirmarse la leche descremada generará más acné que la entera.

Se afirma que la leche descremada generará más acné que la leche entera
- No hay evidencias suficientes para señalar efectos perjudiciales del café, el té o el cacao sobre el acné; son los azúcares agregados los que lo empeoran.
- La vitamina B12, consumida como suplemento de dietas sin carne ni lácteos, genera mayor inflamación de la piel y seborrea y así favorece la aparición de acné.
- Por otra parte, se han señalado ciertos micronutrientes que mejorarían el acné. Su efecto beneficioso no está del todo comprobado, pero existe algo de evidencia a su favor: el zinc, los ácidos grasos omega 3 (presentes en el pescado), la vitamina A y D que actúan como antiinflamatorios y algunos probióticos.

El consumo de ácidos grasos omega 3, las vitaminas A y D resultarían beneficios para el acné
¿Cómo influye el acné y en la salud mental?
El acné vulgar es una enfermedad crónica que se asocia con una carga psicológica considerable. Es la enfermedad de piel más frecuente en el adolescente y el adulto joven. En general muchos de los pacientes con acné no consultan o no necesitan tratamiento médico ya que se trata de un mínimo acné, sin embargo, estos pacientes pueden tener un impacto emocional negativo no siempre relacionado con la gravedad del cuadro clínico.

El acné vulgar es una enfermedad crónica que se asocia con una carga psicológica considerable
¿Qué consecuencias genera en la vida del paciente?
El acné se asocia con una alta carga psicosocial debido al impacto en la imagen corporal, en la socialización y en la sexualidad. Las personas con acné tienen una mayor tendencia a la timidez, al aislamiento social, a la ansiedad y depresión e, incluso, a la ideación suicida.
El acné no pone en peligro la vida, pero sí deteriora su calidad. Por lo tanto, es fundamental generar una relación de confianza entre el médico y el paciente con el fin de educar acerca de la enfermedad, del posible riesgo de cicatrización y de las secuelas, físicas y/o psíquicas, que pueden producirse si la enfermedad no es tratada a tiempo y con el tratamiento adecuado.
Se ha demostrado que el manejo terapéutico personalizado, precoz y sostenido en el tiempo disminuye el riesgo de cicatrices y el impacto psicoemocional, ya que mejora la autoestima, la timidez y la imagen corporal.

El manejo terapéutico personalizado, precoz y sostenido en el tiempo disminuye el riesgo de cicatrices y el impacto psicoemocional
¿El sol mejora o empeora el acné?
La radiación del sol se compone de rayos ultravioletas A y B, luz visible y rayos infrarrojos. Actualmente se sabe que esta impacta negativamente en la piel con acné, generando y estimulando la inflamación y el aumento de la producción de sebo, lo que se ve con la aparición de brotes de acné o el empeoramiento del mismo.
Hay que tener en cuenta que, en las pieles más oscuras, el sol desencadena manchas donde hubo acné.
Por este motivo, el sol no es bueno para el acné y hay que cuidar la piel con un protector solar que proteja de los rayos ultravioletas A y B, y la luz visible.

El acné no pone en peligro la vida, pero sí deteriora su calidad y afecta la socialización
¿Qué protector solar debe usarse?
El protector solar debe ser:
- De amplio espectro (cubrir contra los rayos A y B) y tener un factor de protección solar mayor a 30).
- De base acuosa, textura ligera, liviana y no grasa.

No hay evidencias suficientes para señalar efectos perjudiciales del café, el té o el cacao sobre el acné; son los azúcares agregados los que lo empeoran
Acné: 7 preguntas
Referencia
Sociedad Argentina de Dermatología