Con el nacimiento del bebé, las mamás experimentan depresión posparto: una combinación de entusiasmo y alegría, miedo y ansiedad
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
Luego de 9 largos meses llegó el momento tan esperado. Nació Lautaro y con él una mezcla de fuertes emociones, desde entusiasmo y alegría hasta miedo y ansiedad. Sin embargo, algunas mamás también pueden experimentar melancolía después del nacimiento de su bebé, que generalmente incluye cambios en el estado de ánimo, episodios de llanto, ansiedad y dificultad para dormir. La melancolía posparto generalmente comienza dentro de los primeros 2 o 3 días después del parto, y puede durar hasta dos semanas.
Por su parte, otras madres pueden padecer una forma de depresión más grave y de mayor duración, conocida como depresión posparto.
Muchas madres temen no saber ejercer su nuevo rol; creen que no serán “una buena mamá”
¿Qué sienten?
Mientras que los síntomas de la melancolía posparto pueden incluir cambios de humor, ansiedad, tristeza, llanto, irritabilidad o problemas para dormir, la depresión posparto presenta signos más intensos y duraderos que pueden interferir en la capacidad para cuidar al bebé y realizar otras tareas diarias. Los síntomas generalmente se desarrollan dentro de las primeras semanas después del nacimiento, pero pueden comenzar antes, durante el embarazo o más tarde (hasta un año después del nacimiento). En estos casos, las mamás suelen experimentar:
- Estado de ánimo deprimido o cambios de humor graves.
- Llanto excesivo.
- Dificultad para relacionarse con el bebé.
- Aislarse de familiares y amigos.
- Pérdida del apetito o comer mucho más de lo habitual.
- Incapacidad para dormir (insomnio) o dormir demasiado.
- Fatiga abrumadora o pérdida de energía.
- Irritabilidad y enojo intensos.
- Miedo a no ser una buena madre.
La depresión posparto genera incapacidad para dormir, fatiga abrumadora o pérdida de energía
¿Por qué ocurre?
No existe una sola causa de la depresión posparto, pero las cuestiones físicas y emocionales pueden contribuir. En este sentido, después del parto se sucede una caída importante en los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) que contribuiría a este estado depresivo. Otras hormonas producidas por la glándula tiroides también pueden disminuir marcadamente, lo que puede provocar cansancio, pereza y depresión.
Asimismo, en relación con los aspectos emocionales, es común que las madres se sientan poco atractivas, desbordadas por las tareas de cuidado que el bebé demanda o que incluso enfrenten su sentido de identidad.
Todos estos síntomas deben tratarse precozmente porque, en caso contrario, la depresión posparto puede interferir en el vínculo entre la madre y el hijo.
Es común sentirse desbordada por los cuidados que el bebé demanda
¿Qué hacer?
- Serenarse y aprender a disfrutar del recién nacido.
- No exigirse con las tareas diarias y pedir ayudar.
- Hablar con otras mamás para compartir los sentimientos.
- Descansar siempre que sea posible. Aprovechar el tiempo para dormir mientras otra persona cuida al bebé.
- Comprender que el cuerpo ha cambiado y que con el tiempo volverá a la normalidad.
- No angustiarse (no existen manuales para ser mamá).
- Alimentarse saludablemente.
- Tener un tiempo de soledad, sin el bebé, para caminar, ir al gimnasio o distraerse un rato.
- Disfrutar de cada momento compartido con el bebé.
Referencias: Mayo Clinic.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.