Estudio epidemiológico argentino que actualiza los datos de prevalencia de lesiones cutáneas en recién nacidos
Sello Editorial Lugones©
Revista Dermatología Argentina
- Gabriela Delia Arzalluz, Médica Residente de Dermatología, Servicio de Dermatología Hospital Luis Carlos Lagomaggiore, Mendoza, Argentina
- Gianina Anabella Coletto, Médica Residente de Dermatología, Servicio de Dermatología, Hospital Luis Carlos Lagomaggiore, Mendoza, Argentina
- Julieta Scocchi, Médica Residente de Dermatología, Servicio de Dermatología, Hospital Luis Carlos Lagomaggiore, Mendoza, Argentina
- Carla Chessé, Médica Dermatóloga, Servicio de Dermatología, Hospital Luis Carlos Lagomaggiore, Mendoza, Argentina
- Noelia Carla Marabini, Médica Dermatóloga, Sección de Dermatología Neonatal, Servicio de Dermatología, Hospital Luis Carlos Lagomaggiore, Mendoza, Argentina
La piel posee múltiples funciones dentro de las cuales se encuentran la termorregulación y la protección contra las agresiones externas.
En el período neonatal existe una adaptación hacia el nuevo ambiente que suele ser de menor temperatura y más seco en comparación con el intrauterino. Estos mecanismos adaptativos consisten en: disminución del pH de la piel, producción de factores humectantes naturales y aumento de la función antimicrobiana de la barrera epidérmica.
Por otro lado, la piel del lactante es hasta un 60% más fina y con menos vello que la del adulto, además de que existe una mayor pérdida de agua transepidérmica y la sudoración se encuentra retardada debido a la inmadurez del sistema simpático.
Por todas estas características, se genera una disminución de la capacidad de resistencia frente a las agresiones externas. En el recién nacido (RN) prematuro, por la inmadurez funcional de su piel, existe mayor riesgo de que se produzcan alteraciones térmicas, infecciosas e hidroelectrolíticas.
La mayoría de los RN presenta alguna lesión cutánea, y son los cambios transitorios los que se observan con mayor frecuencia; estos surgen como un mecanismo adaptativo al nuevo ambiente y no significan un riesgo para la salud. Sin embargo, otros cambios pueden ser marcadores de enfermedades leves, o incluso trastornos severos como infecciones o genodermatosis.
Objetivos
Los autores del trabajo Estudio epidemiológico prospectivo de lesiones cutáneas en recién nacidos en el Hospital L. C. Lagomaggiore, Mendoza se propusieron conocer las características epidemiológicas y la prevalencia de lesiones cutáneas en los RN del Hospital L. C. Lagomaggiore desde febrero hasta agosto de 2023; evaluar los factores que influyen en la aparición de las lesiones como la modalidad de parto, la edad gestacional y las enfermedades maternas y, finalmente, correlacionar los resultados con la bibliografía publicada.
Materiales y métodos
Mediante un estudio epidemiológico descriptivo, prospectivo, observacional y transversal,cse evaluaron 160 recién nacidos sanos dentro de los 30 días de vida. Se incluyeron aquellos que se encontraban en sala de internación conjunta del primer piso de la Maternidad, las interconsultas realizadas en el Servicio de Dermatología y pacientes del consultorio de seguimiento de Dermatología Neonatal del Hospital L. C. Lagomaggiore, desde febrero hasta agosto de 2023.
Resultados
Se registró un total de 160 pacientes. El 52% pertenecía al sexo femenino y el 48% al masculino. Del total de recién nacidos (n=160), el 95,63% (n=153) presentó alguna lesión cutánea. Las cinco entidades más prevalentes fueron: mancha mongólica (40,52%; n=62), hiperplasia sebácea (36,6%; n=56), malformación vascular transitoria (33,9%; n=52), eritema tóxico neonatal (30,7%; n=47) e hipertricosis (23,5%; n=36). El grupo de los cambios benignos y transitorios fue el más frecuente (68,6%). Dentro de este grupo (n=105), la lesión más encontrada fue la hiperplasia sebácea con un 53,33% (n=56). Se halló asociación significativa entre la edad gestacional y la descamación (38-40 semanas p=0,035 y mayor a 40 semanas p=0,0008).
Conclusiones
La mayoría de los neonatos presentó lesiones cutáneas benignas. Es primordial el reconocimiento de las alteraciones cutáneas en recién nacidos para evitar diagnósticos incorrectos, solicitud de exámenes complementarios y tratamientos innecesarios.
