La artritis reumatoide genera dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la función en las articulaciones. También puede afectar órganos como el pulmón y corazón
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Comúnmente se confunde artritis con reuma; por ende, es importante aclarar que reumatología o reumatismo “es todo”. Existen alrededor de 200 enfermedades reumáticas; es decir, todas las afecciones que afectan al aparato locomotor. Dentro de ellas hay subtipos: unas se llaman “enfermedades del tejido conectivo”, dentro de las cuales la más frecuente es la artritis reumatoide. También hay otros grandes grupos, como las enfermedades cristalinas (gota), degenerativas (artrosis), reumatismos de las partes blandas (fibromialgia) o reumatismos asociados a enfermedades endocrino-metabólicas.
La inflamación persistente en la membrana interior de las articulaciones puede ocasionar una reducción en la movilidad y posibles deformaciones por lesiones en los cartílagos, ligamentos, tendones y hueso
Acerca de la artritis
Desde la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR) explican que la artritis es una enfermedad crónica que causa dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la función en las articulaciones; además, puede afectar a órganos internos como el pulmón, corazón, sistema nervioso, aparato gastrointestinal, así como también la piel y los ojos.
La inflamación persistente en la membrana interior de las articulaciones (membrana sinovial) puede ocasionar una reducción en la movilidad y posibles deformaciones por lesiones en los cartílagos, ligamentos, tendones y huesos. La forma en que se manifiesta varía en cada persona y se trata de una enfermedad de larga duración en la cual no se puede prever una cura; por ende, es importante realizar un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado para lograr su control lo antes posible.
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Causas y síntomas
Si bien hasta el momento se desconoce la causa de la enfermedad, los especialistas sostienen que podría existir una respuesta inadecuada de parte del sistema inmunológico -normalmente responsable de las defensas del organismo- que, en vez de defenderlo de bacterias o virus, destruye los tejidos de las articulaciones y de otros órganos al no reconocerlos como propios. Los principales factores desencadenantes de la artritis son los traumas físicos y emocionales. Asimismo, ciertos estudios en grupos familiares demostraron que existe un elevado riesgo de contraerla entre hermanos de personas afectadas con artritis reumatoide. Incluso se han detectado ciertos genes que pueden influir en su inicio, curso, severidad y progresión.
La artritis reumatoide se manifiesta en forma gradual. Los primeros síntomas son dolor e hinchazón en las articulaciones que pueden estar precedidos o acompañados durante semanas o meses por un estado general de dolor muscular, cansancio, pérdida de peso, depresión, fiebre y falta de apetito. Otro síntoma característico es la rigidez de las manos al despertarse (rigidez matutina), que luego disminuye con los movimientos, aunque a veces puede durar todo el día. Otras manifestaciones de tipo extraarticular son los nódulos subcutáneos que pueden aparecer en manos, codos o en otras zonas que soportan presión.
Con respecto a las articulaciones que suelen afectarse, los especialistas afirman que generalmente la inflamación ocurre en manos y pies, incluso puede afectar las rodillas, caderas, hombros, codos, tobillos y columna cervical. En la mayoría de los casos, la inflamación de las articulaciones suele ser simétrica (ambos lados del cuerpo) aunque al comienzo puede no ser así. Si la inflamación se propaga en el tiempo puede evolucionar y provocar diferentes grados de discapacidad.
Es importante realizar un diagnóstico temprano e implementar el tratamiento adecuado para controlarla lo antes posible
¿Cómo actuar?
Ante la aparición de los primeros síntomas, resulta fundamental consultar con un reumatólogo para obtener el diagnóstico adecuado, el cual se basa en la historia clínica y examen físico del paciente, además de la realización de algunos estudios complementarios, como análisis, radiografías, ecografías y eventualmente estudios de alta complejidad (tomografía computada o resonancia magnética).
Una vez confirmado el diagnóstico, es necesario tratar la enfermedad adecuadamente mientras se encuentre activa para que deje la menor cantidad de secuelas posibles. Si la artritis reumatoide no se trata, puede ocasionar daños irreversibles, como lesiones óseas en las articulaciones que tienen como consecuencia dificultad para la movilidad y, por lo tanto, ocasionan discapacidad. Los reumatólogos aseguran que la discapacidad del futuro depende fundamentalmente de los primeros años de tratamiento, teniendo en cuenta que a los 3 meses pueden existir lesiones óseas irreparables.
La detección temprana es la mejor forma de combatir la artritis reumatoide porque no hay forma de prevenirla, y el tratamiento precoz es la forma adecuada de impedir la progresión de la enfermedad y la consecuente discapacidad generada por el daño de las articulaciones.
Fuente: Sociedad Argentina de Reumatología.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.