Diabetes y enfermedad cardíaca

Lugones Editorial

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Las personas con diabetes tienen más probabilidades de padecer enfermedades cardíacas. Conozca los consejos para una vida cardiosaludable

Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

Las personas que tienen diabetes es más probable que desarrollen una enfermedad cardíaca. En este sentido, son más susceptibles de presentar ciertos factores de riesgo, como presión arterial alta o colesterol elevado, que aumentan la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular (ACV).

Diabetes, enfermedad cardíaca y ACV

La alta concentración de glucosa en sangre debido a la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón y los vasos sanguíneos. Con el tiempo, este daño puede causar enfermedades cardíacas.

Las personas con diabetes tienden a desarrollar enfermedades cardíacas a una edad más temprana que aquellas sin diabetes. Asimismo, los adultos con diabetes tienen casi el doble de probabilidad de presentar una enfermedad cardíaca o un ACV que los adultos sin diabetes.

La buena noticia es que las medidas que se toman para controlar la diabetes ayudan también a reducir la probabilidad de tener una enfermedad cardíaca o un ACV.

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Es clave mejorar la alimentación para una vida cardiosaludable

Factores de riesgo

  • Fumar. Este hábito aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas porque tanto el tabaquismo como la diabetes estrechan los vasos sanguíneos. 
  • Presión arterial alta. Si la persona tiene presión arterial alta, su corazón debe hacer un mayor esfuerzo para bombear sangre. La presión arterial alta puede forzar el corazón, dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un ACV y problemas oculares o renales. Se debe controlar la presión arterial regularmente y cooperar con el médico para controlar o reducir la presión arterial alta.
  • Colesterol elevado. El colesterol LDL, conocido con frecuencia como colesterol “malo”, puede acumularse en los vasos sanguíneos y taparlos. Las altas concentraciones de colesterol LDL aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. El colesterol HDL se conoce a veces como “colesterol bueno”. Las altas concentraciones de colesterol HDL se relacionan con un menor riesgo de enfermedades cardíacas y ACV. Para mejorar las concentraciones de LDL y HDL, se debe limitar la cantidad de grasa en el plan de alimentación, consumir más alimentos de origen vegetal y hacer actividad física con regularidad.
  • Obesidad y grasa abdominal. Tener sobrepeso u obesidad puede dificultar el control de la diabetes, y aumentar el riesgo enfermedades cardíacas e hipertensión. Un plan de alimentación saludable, con menos calorías y más actividad física, disminuirá las concentraciones de glucosa en sangre y mejorará la calidad de vida.
  • Enfermedad renal crónica. La enfermedad cardíaca está estrechamente relacionada con la enfermedad renal crónica, una afección en la que los riñones están lesionados y no pueden filtrar la sangre como deberían. Tener diabetes es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad renal. Otros factores de riesgo para desarrollar enfermedad renal son la presión arterial alta y los antecedentes familiares de insuficiencia renal.
  • Antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Si uno o más miembros de la familia tuvieron un ataque cardíaco antes de los 50 años, la persona tiene el doble de probabilidad de desarrollar una enfermedad cardíaca en comparación con aquellas que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Si bien esto no puede evitarse, sí es posible adoptar medidas saludables como realizar actividad física, controlar el peso y mejorar la alimentación.
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Realizar actividad física diariamente protege y fortalece el corazón

Guía de prevención

  • Para reducir la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco o un ACV es importante:
  • Controlar la glucosa en la sangre, la presión arterial y el colesterol. 
  • Realizar actividad física diariamente.
  • Implementar una sana alimentación que contemple grasas saludables, y excluya los alimentos con sodio y la sal.
  • Mantener un peso saludable.
  • Dormir como mínimo 8 horas.
  • Controlar el estrés.
  • Dejar de fumar.
  • Realizar los controles médicos en forma periódica.

Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.