En la esclerosis múltiple se afectan varias funciones cognitivas, como la atención, la memoria de trabajo y la visoespacialidad
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
En las enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple (EM), aparece un grupo de linfocitos autorreactivos contra un tejido particular que produce una lesión subsiguiente en el órgano propio. En esta patología, los linfocitos migran al cerebro, a la médula espinal y al nervio óptico, y generan pequeñas lesiones. “Debido a que el cerebro posee conexiones que gobiernan todas las funciones corporales, según el área o vía de información que se lesiona, se produce un síntoma neurológico. Estos episodios inflamatorios son paroxísticos y autolimitados, entonces los pacientes perciben signos y síntomas que aparecen y desaparecen a lo largo del tiempo. Son los llamados “brotes” o “recaídas”, explica el Dr. Vladimiro Sinay, Jefe del Área de Enfermedades Desmielinizantes de la Fundación Favaloro
Al comienzo estos episodios desaparecen sin dejar secuelas, pero con el tiempo pueden acumularse y provocar discapacidad. Por este motivo, los actuales tratamientos disminuyen la aparición de las recaídas y generan un menor riesgo de discapacidad a largo plazo.
Las funciones cognitivas más afectadas son la atención, la memoria de la visoespacialidad y las funciones ejecutivas
Esclerosis múltiple y déficits cognitivos
Hay muchas áreas en el cerebro que no se relacionan con las funciones básicas (motricidad, sensibilidad, coordinación, sentidos) sino que son las encargadas de coordinar las funciones mentales superiores o la cognición. “Son aquellas que nos permiten pensar, sentir, recordar, relacionarnos, orientarnos o hablar. En la EM no aparecen afecciones muy notorias de estas funciones; sin embargo, están presentes y pueden afectar de modo sutil el manejo de la vida cotidiana”.
Las funciones cognitivas más afectadas en la EM son la atención (dividida y sostenida a lo largo del tiempo), la memoria de trabajo (que a muy corto plazo es indispensable para recordar y organizar lo que se hace en ese preciso instante), la visoespacialidad (la memoria que permite reconocer el entorno) o las funciones ejecutivas (necesarias para comprender los procesos de cada acción compleja ejercida en la vida diaria). “Se sabe que desde el inicio de la enfermedad los trastornos cognitivos están presentes, aunque con el tiempo su prevalencia aumenta”, aclara el Dr. Sinay.
¿Cómo tratar los déficits cognitivos?
Lamentablemente no existe un tratamiento farmacológico que haya resultado eficaz para mejorar los problemas ya instalados. Sin embargo, se ha demostrado que los medicamentos modificadores de la enfermedad reducen a largo plazo el deterioro cognitivo. “Es decir, al disminuir el número de recaídas (o áreas de inflamación) se reduce el riesgo que aquellas zonas del cerebro encargadas de manejar las funciones superiores se afecten. Por este motivo es importante efectuar un diagnóstico precoz para evitar alguna pérdida que luego será tarde recuperar”.
Es fundamental que todos los profesionales de la salud comprendan y ayuden al paciente con esclerosis múltiple
Abordaje multidisciplinario
“Es indispensable encarar un trabajo multidisciplinario. Para ello, desde la neuropsicología, se trabaja con programas de rehabilitación cognitiva. Con la ayuda de asistentes sociales, se organiza su vida cotidiana y el manejo de su entorno social y laboral. Asimismo, se solicita la colaboración de psicopedagogos y docentes para organizar y mejorar la adquisición de información y el estudio”.
Incluso intervienen psicólogos y psiquiatras para tratar afecciones que son muy frecuentes y tienen impacto directo en la memoria, como la depresión. Por último, en conjunto con los kinesiólogos, se controla la fatiga que también afecta la concentración y la memoria.
En la esclerosis múltiple la dificultad se encuentra en la adquisición y en el procesamiento de la información
Consejos para el paciente
“En primer lugar, aunque parezca obvio, debe plantearse el problema al médico. Cabe recordar que quizás el paciente no perciba simples olvidos, sino que, por el contrario, detecte una disminución de sus habilidades y actividades cotidianas. En ese momento, el médico realizará un test de screening para detectar si existe algún déficit. En caso de sospechas, se le solicitará una evaluación cognitiva”.
Así, el paciente tendrá una entrevista con los profesionales que evaluarán sistemáticamente todas sus funciones mentales superiores; se detectarán las fallas de forma exacta y de acuerdo a cuáles se encuentren, se encarará la rehabilitación. “Esto es clave porque en la EM no hay un problema en el lugar de almacenamiento de la memoria ni en la evocación de los recuerdos; la dificultad se encuentra principalmente en la adquisición y en el procesamiento de la información. Por este motivo, si se aplican las estrategias apropiadas, el paciente podrá almacenar su memoria y lograr una funcionalidad adecuada”.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
