El pie es una de las zonas más amenazadas por las complicaciones crónicas de la diabetes, con lesiones que pueden ser altamente invalidantes
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
El pie es una de las zonas más amenazadas por las complicaciones crónicas de la diabetes. Las lesiones suelen ser altamente invalidantes incluso, en algunos casos, puede llegar a la mortalidad si no se procede a realizar un tratamiento prolongado que es económicamente costoso.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el pie diabético es una entidad que se define como la infección, ulceración y/o destrucción de tejidos profundos, asociado a neuropatía y a diferentes grados de enfermedad vascular periférica en miembros inferiores. Se estima que entre el 5 y 25% de la población diabética desarrollará una lesión de pie en algún momento de su vida.
Diversos estudios demostraron que la aparición de esta patología en las personas con diabetes estaba relacionada con la ausencia de una adecuada educación de los pacientes; no obstante, tiempo después, se observó una importante reducción de la incidencia de amputaciones en los grupos de pacientes con una correcta educación diabetológica.
La Dra. Marta Susana Calvagno, Médica especialista en Nutrición y Médica de Planta del Hospital Enrique Tornú, señala que “si bien esta patología aparece más frecuentemente en pacientes mayores de 50 años, también es posible detectar cuadros en pacientes más jóvenes, por ejemplo, en aquellos en los cuales la diabetes comenzó durante la niñez; esto se debe a que, como toda complicación de la diabetes, se relaciona con los años de evolución de la misma”.
En este sentido, la entrevistada aclara que no todas las personas con diabetes padecen esta afección “pero sí todos los pacientes diabéticos deben saber acerca de la importancia del control y el cuidado riguroso de sus pies”.
Se aconseja revisar diariamente los pies, e higienizar y secar correctamente la zona
Causas y síntomas
La primera y más relevante causa de pie diabético es la neuropatía diabética, seguida por la vasculopatía diabética.
La primera -la neuropatía- puede presentar síntomas como calambres, alteraciones en la sensibilidad, sensación de electricidad, quemazón u hormigueos, entre otros. El paciente debe saber que su sensibilidad al dolor puede estar disminuida, por lo que puede lastimarse sin darse cuenta.
Por su parte, “la vasculopatía se debe a una obstrucción de las arterias de los miembros inferiores. Puede ser asintomática o bien el paciente puede sentir dolor al caminar y debe detenerse cada 200 o 300 metros para descansar y luego poder recomenzar. Si la vasculopatía es muy severa, puede aparecer el dolor aún estando en reposo”.
Cuando una lesión se infecta, posteriormente aparecerán signos típicos de la afección como dolor, aumento de la temperatura local, rubor, incluso puede haber secreción purulenta.
Atención a las consecuencias
La Dra. Calvagno señala que toda lesión de pie diabético altera, en mayor o menor grado, la calidad de vida del paciente. “Esto puede deberse a la presencia de dolor, porque deba permanecer inmovilizado durante un tiempo por lo cual el paciente no puede realizar sus actividades habituales; asimismo, si presenta un cuadro infeccioso, este puede provocarle una descompensación de su diabetes con aparición de hiperglucemias”. En definitiva, los pacientes deben tener en cuenta que cuanto más grave sea la lesión, más serio será el compromiso que pueda generar en su salud, incluso, en varias oportunidades, con la necesidad de ser hospitalizado.
Por tal motivo, es fundamental educar a todo paciente diabético acerca de la existencia de esta complicación. “Enseñarle tanto a él como a sus familiares a revisar diariamente los pies, higienizarse y secarse correctamente dicha zona. Asimismo, se recomienda el uso de medias de algodón y que el calzado sea amplio, cómodo y sin costuras, en tanto que se desaconsejan los baños de pies, el uso de bolsas de agua caliente y caminar descalzo. Incluso habrá que tener sumo cuidado al momento de cortar las uñas; para ello, es preferible realizar un control podológico mensual con un profesional especializado en el tema. En otros casos, los pacientes necesitarán usar plantillas, ortesis o calzado específico para evitar lesiones”.
El pie es una de las zonas más amenazadas por las complicaciones crónicas de la diabetes
Cuidados y tratamiento
“Ante la presencia de una lesión, lo primero que debe hacer el paciente es consultar al médico. Una lesión pequeña no tratada a tiempo puede convertirse en un cuadro severo y de difícil resolución”, aconseja la especialista.
Con respecto al cuidado de una lesión, lo ideal es el lavado con solución fisiológica y mantenerla vendada hasta el control e indicación médica. Actualmente existe una gran cantidad de productos en el mercado para utilizar en cicatrización de heridas, pero cada indicación deberá evaluarse de acuerdo al paciente y el tipo de lesión que tenga. El cuidado de heridas es un tema fundamental para lograr una buena evolución del proceso.
En relación a los tratamientos, la Dra. Calvagno manifiesta la importancia de los cuidados generales y locales: “Desde el punto de vista general, es necesario que el paciente tenga un buen control metabólico, no fume o baje de peso si está excedido, entre otros aspectos. Y desde el punto de vista local, existen diferentes productos farmacéuticos (cremas, parches) que actúan como fibrinolíticos, queratolíticos o como estimulantes de la granulación. También se aconseja el uso de films de poliuretano, y en terapias más avanzadas el uso de VAC o de factores de crecimiento plaquetario”.
Antes de concluir, la entrevistada recuerda que “si existe una infección concomitante, ésta debe tratarse con antibióticos, y toda lesión siempre deberá tener una descarga ortopédica adecuada para que cicatrice. No obstante, en casos graves, será necesario realizar diversas intervenciones quirúrgicas”.
Toda lesión de pie diabético altera, en mayor o menor grado, la calidad de vida del paciente
Para tener en cuenta
- Revisar diariamente los pies.
- Higienizar y secar correctamente la zona.
- Optar por medias de algodón.
- Elegir calzado amplio, cómodo y sin costuras.
- Tener mucho cuidado al momento de cortar las uñas.
- Acudir mensualmente a un control podológico con un profesional especializado en el tema.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.