Si bien se desconocen cuáles son las causas del cáncer de mama, se sabe que existen algunos factores que aumentan su riesgo. Información y prevención, las herramientas para dar batalla
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
El cáncer de mama se origina por la multiplicación anormal de las células del seno que forman un tumor maligno. Las células normales crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. En algunas ocasiones, este proceso se descontrola y forma una masa de tejido conocido como tumor, el cual puede desarrollarse en distintas partes del tejido mamario.
El riesgo promedio de desarrollar este tipo de cáncer a lo largo de su vida es de una de cada 8 mujeres, pero si existen antecedentes personales el riesgo será mayor.
Implementar hábitos de vida saludables y efectuar los controles periódicos (mamografía anual, examen clínico mamario, autoexamen) son las claves para su prevención
Atención prevención
Existen diferentes estrategias de prevención según el grado de riesgo:
- Bajo riesgo: implementar hábitos de vida saludables y efectuar los controles periódicos (mamografía anual, examen clínico mamario, autoexamen).
- Riesgo intermedio: en aquellas con algunos antecedentes familiares, las estrategias variarán de acuerdo al caso, pero contemplando los hábitos saludables y los chequeos ginecológicos.
- Riesgo alto: ya sea por antecedentes familiares o porque tienen una mutación hereditaria o patología mamaria previa predisponente, estas mujeres deberán efectuar una consulta genética.
En las mujeres con ciertos antecedentes familiares, las estrategias variarán de acuerdo al caso, pero contemplando los hábitos saludables y los chequeos ginecológicos
Asimismo la prevención se divide en: primaria que sirve para disminuir o eliminar la exposición a factores de riesgo de modo de reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de mama mediante la adherencia a estilos de vida saludable; y secundaria que consiste en la detección temprana del cáncer de mama mediante la realización de mamografía (para detectarlo en su fase asintomática) o de métodos diagnósticos por imágenes como la ecografía (se usa en forma complementaria a la mamografía) y la resonancia magnética (se utiliza en casos de fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas conocidas detectadas o altamente sospechadas y en situaciones puntuales cuando exista indicación).
Por su parte, en caso de detectar una anormalidad en la mama, los métodos de evaluación incluyen, además del examen físico realizado por un profesional entrenado, el estudio por imagen y eventualmente la toma de una pequeña muestra de la lesión (biopsia) para determinar su origen. Estos procedimientos comprenden el triple diagnóstico y aportan en conjunto mayor certeza acerca de si una lesión es benigna o maligna.
Es fundamental disminuir el consumo de grasas animales y aumentar el de ácidos grasos de cadena larga
Su tratamiento
Según el estadio de la enfermedad y las características de cada paciente existen distintos tipos de tratamiento, a saber:
- Quirúrgico: es el pilar fundamental para el control local y consiste en extirpar el cáncer de la mama. Si el tumor es pequeño en relación al volumen mamario y la paciente tiene posibilidades de recibir radioterapia a posterior, es posible realizar un manejo conservador de la mama (se extirpa el tumor, pero no toda la mama). Sin embargo, aquellas con tumores grandes o que no pueden recibir radioterapia son candidatas a efectuar una mastectomía (extirpación del tumor y de la mama).
- Radioterápico: en este caso se emplean rayos x de alta energía u otros tipos de radiación para destruir células cancerosas o impedir que crezcan. Su objetivo es reducir el riesgo de recidiva local (que la enfermedad vuelva localmente) y aumentar las posibilidades de curación.
Según el estadio de la enfermedad y las características de cada paciente existen distintos tipos de tratamiento: quirúrgico, radioterápico u oncológico
- Oncológico: consta de procedimientos como quimioterapia, hormonoterapia y/o terapia biológica con medicamentos cuya la meta es destruir las células cancerosas o impedir su crecimiento. En el caso de pacientes con enfermedad localizada o localmente avanzada se pueden aplicar antes (para reducir el tamaño tumoral y la extensión de la cirugía) o después de la cirugía (para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado). Por su parte, cuando la enfermedad está avanzada (extensión tumoral en otros sitios, más allá de la mama y los ganglios) se aplicarán desde el momento del diagnóstico y serán el pilar fundamental del tratamiento para aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida.
La prevención se divide en: primaria (adoptar hábitos saludables) y secundaria (detección temprana mediante una mamografía u otros métodos diagnósticos por imágenes)
Tips saludables
Para prevenir el cáncer de mama es fundamental limitar aquellos factores modificables como: reducir el consumo de alcohol, no fumar, evitar los tratamientos de reemplazo hormonal combinados prolongados, prevenir el sobrepeso/obesidad, realizar actividad física (por lo menos tres veces por semana) e implementar hábitos alimenticios saludables. En este sentido se aconseja:
- Disminuir el consumo de grasas animales y aumentar el de ácidos grasos de cadena larga (principalmente pescado).
- Optar por grasas monoinsaturadas: algunos estudios demostraron una reducción del riesgo al reemplazar las grasas saturadas por monoinsaturadas (aceite de oliva y canola).
- Sumar fitoestrógenos: se encuentran en la soja, cebada, trigo, cereza, zanahoria, repollo, aceite de coco, canela, apio, avena, aceite de oliva, lima, hinojo, aceite de maní, ginseg, arroz, tilo, nueces, lúpulo, ciruela, papas, semillas de lino o sésamo. Estas sustancias presentan una notable acción antioxidante.
Fuentes de información: Ministerio de Salud de la Nación, Sociedad Argentina de Mastología
