Se acerca el mes de las fiestas y en las personas con diabetes, la alimentación, la medicación, el ejercicio y el monitoreo son los pilares para controlar su enfermedad
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
En las fiestas de fin de año surgen dos problemáticas en la terapéutica de la diabetes: la primera, es el inadecuado control glucémico reflejado en una variabilidad del azúcar en sangre por las continuas conductas evasivas o de omisión; la segunda, y no menos importante, las transgresiones o decisiones erróneas en las elecciones nutricionales durante este período.
Una conducta frecuente es acordarse o especular con la restricción alimentaria 2 o tres 3 días previos a las fiestas para llegar nivelados. Aunque esto sea una utopía, y juegue en desmedro del control metabólico general, continúa siendo uno de los principales limitantes para la estabilidad glucémica. Por ende, el éxito del cuidado de la diabetes consiste en mantener los cuatro pilares del tratamiento: medicación, alimentación, ejercicio y monitoreo de glucosa.
Una conducta frecuente es acordarse o especular con la restricción alimentaria 2 o tres 3 días previos a las fiestas para llegar nivelados
Una semana de grandes desafíos
Pensar en las fiestas como un hecho aislado del tratamiento general solo traerá desesperación y ansiedad por sentir que es “la última cena”. Una manera positiva es tomar estas situaciones especiales como parte inherente de la vida de la persona con diabetes, dentro de la terapia nutricional. El desafío será aprender a incluir estrategias que ayuden a resolver estas situaciones y que no se ubican dentro del esquema habitual, por ejemplo: comer fuera de casa, manejar alimentos y horarios diferentes, mayor ritmo de salidas o eventos.
Durante los días festivos es clave controlar la ingesta de alcohol, el tipo de vino y de bebidas para el brindis
Algunas recomendaciones para adoptar no solo durante la semana festiva sino también en las semanas previas son:
- Informarse sobre los componentes nutricionales de los alimentos festivos.
- Comprar solo lo que se necesitará para los días festivos.
- Tener en cuenta todas las ocasiones “prefiestas” o compromisos sociales.
- Optar por alimentos o preparaciones que contengan menos concentración de azúcares (bebidas sin azúcar y alimentos light).
- Reservar los “alimentos de preferencia” para los días festivos y controlar las porciones.
- Realizar las comidas diarias del plan para mantener el control de las glucemias y no pasar hambre.
- El día de la fiesta realizar las cuatro comidas principales. Las colaciones no deben saltearse, en especial antes de ir a festejar.
- En estas situaciones festivas, la “cantidad de hidratos de carbono” será más importante que la “calidad” en la selección de los hidratos.
- Controlar la ingesta de alcohol, el tipo de vino y de bebidas para el brindis.
- El seguimiento de la curva de diabetes durante el período festivo, con el uso del automonitoreo domiciliario, permitirá a la persona llegar mejor controlada a las fiestas.
- Mantenerse activo durante el día festivo.
Optar por alimentos o preparaciones que contengan menos concentración de azúcares (bebidas sin azúcar y alimentos light)
Elección de menús
Al momento de confeccionar los platos (entrada, plato principal y postre), el principal factor limitante para saber qué comer es la falta de planificación. En primer lugar, hay que tener en cuenta el contenido de carbohidratos y reemplazarlos por opciones light o bajas en estos. Por ejemplo, si la entrada es a base de carbohidratos como pionono, ensalada rusa o mayonesa de ave, como plato principal se puede elegir algún tipo de carne con ensaladas y, según el postre (ensalada de frutas, sin azúcar o durazno en almíbar light), se podrán reservar algunas porciones de hidratos para el brindis.
Si el plato principal es pastas, acompañar con ensaladas de hojas verdes y si el postre está ausente, se podrá sumar de los alimentos festivos (pan dulce, budín) las porciones de hidratos reservadas de la entrada y el postre.
Por otro lado, será necesario controlar la cantidad de grasas de las preparaciones y alimentos proteicos para determinar que la cuota a ingerir ese día no supere el plan de comidas habitual. Por ejemplo, si la entrada es a base de carne como lengua a la vinagreta, vitel toné, matambre arrollado, y el plato principal consiste en asado o costillitas de cerdo o pollo al spiedo y helado de postre, se estaría pagando un costo metabólico elevado para digerir altas concentraciones de grasas y proteínas, sumado al sodio, alcohol y azúcares de toda la mesa festiva.
Lo ideal sería acompañar el plato principal a base de carnes con entradas de vegetales, como ensaladas o verduras grilladas, pionono o tomates rellenos y preparar platos con opciones light (mayonesas sin colesterol, carnes magras y lácteos descremados). Es importante reservar los reemplazos de grasas y algunas porciones de hidratos de carbono para las opciones de los alimentos festivos, como frutas secas, turrones y pan dulce.
Lo ideal es acompañar el plato principal a base de carnes con entradas de vegetales, como ensaladas o verduras grilladas, pionono o tomates rellenos, y preparar platos con opciones light
Brindar o no brindar
Si la persona está embarazada, tiene alguna complicación de su diabetes (afecciones en los ojos, riñones o nervios), presenta triglicéridos elevados en sangre o se encuentra bajo un programa de descenso de peso, no debería consumir bebidas alcohólicas.
Por su parte, aquella con diabetes que no tiene contraindicado el alcohol, podrá consumirlo con moderación siempre que sus niveles de glucemias y lípidos en sangre estén controlados. Es decir, el varón no más de dos bebidas diarias, mientras que se sugiere una medida o menos para la mujer por tener una mayor sensibilidad y menor metabolización del alcohol.
Los alimentos festivos tienen un elevado aporte calórico por su contenido en grasas, pero también presentan hidratos de carbono
Asimismo, al momento del brindis, sobre la mesa se encuentran los famosos alimentos festivos que, por su alta densidad energética, no son los más adecuados para las zonas cálidas y, en esta época del año, para los argentinos. Si luego de cenar, continúa la mesa de festejos y se suman puñados de frutas secas y confites o un trozo de turrón más una rodaja de pan dulce o budín, con una copa de sidra o champagne, es probable incrementar a más del doble las necesidades energéticas diarias. Con un simple brindis, fácilmente se incorporan más de 1000 calorías.
En general los alimentos festivos tienen un elevado aporte calórico por su contenido en grasas, pero también presentan hidratos de carbono, y es clave aprender a manejar los alimentos del brindis con los reemplazos de carbohidratos de los alimentos de la entrada, el plato principal o el postre. Por ejemplo, si su elección en la entrada o plato principal fue reservar una o dos porciones de los hidratos para el brindis, la persona podrá optar por elegir alguna equivalencia de la mesa navideña.
Como conclusión puede afirmarse que, durante las fiestas, lo importante es gratificarse, realizar la planificación necesaria para tomar decisiones adecuadas y cuidarse; estas serán las claves para una mayor adherencia al plan de comidas y un mejor control de las glucemias. Por ende, la moderación es esencial para disfrutar de los eventos; comprometerse con la salud es un deber del ser humano y la integración a la mesa navideña es un derecho para hacer uso según el comportamiento que se adopte.
Las personas con diabetes deben vivir los días festivos como parte inherente de su vida, dentro de la terapia nutricional