Revisión de la literatura y reporte de caso clínico que detalla las manifestaciones cutáneas del dengue para valorar el pronóstico
Lugones Editorial©
El dengue es una enfermedad transmitida por un vector denominado mosquito Aedes aegypti, que generalmente está infectado por el virus del serotipo 2. Predomina en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Sus manifestaciones cutáneas se presentan a partir del segundo al quinto día de la infección.
El cuadro clínico inicia de 3 a 7 días después de la picadura y sus manifestaciones cutáneas representan una frecuencia que va del 20% hasta el 65%, la cual varía de acuerdo a cada país.
Las manifestaciones cutáneas del dengue se presentan a partir del segundo al quinto día de la infección
Manifestaciones cutáneas
Las lesiones de la piel inicialmente son la mácula (M) y el exantema cutáneo morbiliforme (ECM), que posteriormente pueden acompañarse o no de lesiones purpúricas (LP) y petequias (P). En otros casos se presenta la mácula con edema generalizado que corresponde a una erupción intensa de coloración rojo, con piel engrosada y edematosa, generalizada, acompañada de prurito, disestesias y culmina con gran exfoliación. No son patognomónicas y no reflejan el pronóstico. Frecuentemente se confunden con otras alteraciones o son subdiagnosticadas. Tienen un carácter centrípeto y su aparición es más tardía.
Otro tipo de lesión son las hemorragias y equimosis de la piel, comúnmente acompañadas de sangrado de mucosas, cuyo carácter reflejan mayor gravedad del cuadro y se relacionan al dengue hemorrágico en su grado I y II. Las guías establecidas por la OMS en 2009 para la definición del dengue incluyen al ECM como parte del diagnóstico, y su relación con la fiebre y la cefalea se denomina la tríada del dengue.
Las lesiones más comunes del dengue son la mácula y el exantema cutáneo morbiliforme, seguidas de las lesiones purpúricas y las petequias
Caso clínico
Mujer de 21 años, con antecedente de su primer embarazo hacía 2 años, complicado con púrpura medicamentosa y convulsiones en el primer y tercer trimestres, respectivamente. Su embarazo fue de término, pero cursó con parto distócico que precisó de hemotransfusión. Once días antes de su ingreso inició con cuadro gripal y fiebre, posteriormente se agregaron escalofríos, cefalea, dolor retroocular y artralgias.
Seis días antes había ingresado a un hospital de la zona por incremento de la sintomatología y debilidad generalizada. Allí se corroboró fiebre y trombocitopenia. Un día antes de su ingreso presentó exantema cutáneo morbiliforme en tronco, miembros inferiores y superiores, puntilleo hemorrágico conjuntival y prueba de torniquete positiva. Las plaquetas continuaban bajando, por lo que se decidió su traslado.
A su ingreso sus signos vitales fueron: frecuencia cardíaca de 96 latidos por minuto, frecuencia respiratoria de 21 por minuto, presión arterial de 110/70 mmHg, temperatura de 38.9°C. Aquí, la paciente manifestó incremento de la sintomatología previa y se agregaron disestesias dolorosas de ambas piernas y muslos. Se corroboró fiebre, taquicardia, taquipnea, sin alteración de la presión arterial. Neurológicamente solo se identificó debilidad generalizada. Su estado de hidratación era normal, no hubo adenomegalias en cuello. En el tórax se identificó taquipnea sin estertores. Los ruidos cardíacos con ritmo normal y frecuencia alta. En el abdomen no se identificaron alteraciones.
Exantema cutáneo morbiliforme con componente purpúrico. Aspecto de “islas en un mar rojo”
En la exploración de la piel se observó exantema cutáneo morbiliforme generalizado, simétrico y bien delimitado. En el tronco, en el abdomen, espalda, cintura y región glútea se identificó salpicado de múltiples máculas blanquecinas, redondas, confluentes de piel respetada y de diámetro variable, que en promedio medían 1 cm, dando el aspecto de “islas blancas en un mar rojo”.
A nivel de los miembros superiores, el exantema cutáneo morbiliforme se observó más intenso en su región anterior y posterior de brazos, y tercio distal de antebrazos donde se identificó el límite del exantema y la piel sana, simulando una especie de “marca de nivel de agua”.
En el dorso de ambas manos el exantema presentaba una tonalidad más rojiza acompañada de intenso edema que le confirió un aspecto de “piel más encendida” intensificada en la zona de venopunción. Se respetaron las palmas de las manos. Se corroboró el signo del torniquete y petequias en zonas de presión dorsal.
Exantema maculopapular en cuello
A nivel de los miembros inferiores, el exantema cutáneo morbiliforme también mostró un carácter particularmente eritematoso intenso en la región anterior y posterior de ambas piernas, tercio distal de muslos, principalmente en rodillas; que a su vez se relacionó con lesiones purpúricas puntiformes diseminadas. En la región dorsal de ambos pies el eritema fue menos intenso y se identificó un agrupamiento de lesiones purpúricas y petequias. Se respetó la región plantar. A la palpación, la paciente experimentó disestesias dolorosas y sensación de entumecimiento. La cara y tórax anterior fueron respetados.
Entre los exámenes de laboratorio sobresalió que el recuento plaquetario fue disminuyendo progresivamente hasta llegar a 30,000. La radiografía de tórax no mostró alteraciones. El ultrasonido de hígado fue reportado como normal. Se descartó embarazo. La prueba inmunológica reportó dengue clásico. Se concluyó que la paciente fue portadora de la tríada del dengue, sin datos de alarma. Se inició manejo con hidratación, analgésicos y esteroides. Seis días después de su ingreso remitieron las manifestaciones cutáneas. Se egresó por mejoría.
El dengue es una enfermedad transmitida por un vector denominado mosquito Aedes aegypti, que generalmente está infectado por el virus del serotipo 2
Conclusiones
La piel es uno de los órganos blanco que frecuentemente acompañan al dengue. En este caso se observa un cuadro clínico florido de MC caracterizado por ECM, M, LP y P. Esta combinación de lesiones confiere a la piel características particulares encontradas en el tronco, que dan el aspecto de islas blancas en un mar rojo.
Aparentemente la paciente vive en una zona donde los casos de dengue son frecuentes y donde los factores medioambientales locales brindan al mosquito condiciones favorables para su hábitat. A esto se suma que, debido a las tormentas, aumenten en mayor número los casos de dengue en la región.
Los autores concluyen que el ECM es de las lesiones más comunes, sin embargo tienen un carácter predominantemente benigno y no reflejan el pronóstico, ni la gravedad del caso.
La piel es uno de los órganos blanco que frecuentemente acompañan al dengue
Manifestaciones cutáneas del dengue
Fuente
Reyna-Medina M, Romero-Albarrán L, Gante-Cornejoc A. Cutaneous manifestations of dengue. Case report and review of the iterature. Rev Med Invest 2014;2(1).