Si bien la depresión puede experimentarse a cualquier edad, es más común que ocurra en la vejez
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza principalmente por la presencia de tristeza, disminución de la autoestima, pérdida de placer por aquello que anteriormente generaba satisfacción, trastornos del apetito y/o del sueño, sensación de fatiga habitual, incluso apatía y dificultad para tomar decisiones.
Si bien la depresión puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida, la realidad es que, debido a ciertos factores característicos del envejecimiento, el adulto mayor padece este trastorno con mayor probabilidad.
Una rutina de actividades sirve para que el aburrimiento no agobie y termine en depresión
El proceso de envejecer
La vejez es una etapa del desarrollo del ser humano cargada de crisis que a varias personas les cuesta afrontar. En términos generales se la asocia como la etapa de un progresivo declive de la capacidad cognitiva, así como el período en que se produce el cese de la vida laboral.
También implica atravesar dificultades emocionales dado que los cambios no solo se producen en la faceta social, laboral o familiar, sino que también aparecen algunas enfermedades crónicas que alteran la calidad de vida, así como trastornos psicológicos y disminución de las facultades mentales.
El proceso de envejecer se da en tres aspectos importantes:
- Biológicos: cuando una persona llega a la tercera edad disminuye su sentido de la vista, de la audición y el gusto, o que padezca enfermedades como artritis, disforia muscular, Parkinson o Alzheimer, entre otras.
- Sociales: además de producirse el cese de la actividad laboral, se suman la pérdida de familiares y amigos (duelos), limitaciones en la capacidad del funcionamiento autónomo, enlentecimiento, entorpecimiento y fragilidad, y deterioro de la apariencia física.
- Psicológicos: sumadas a las posibles enfermedades que suelen aparecer en esta etapa, la depresión es la más característica, que se origina -por ejemplo- por las diversas pérdidas que tuvo la persona como su cónyuge, hermanos y amigos.
Realizar diariamente actividad física acorde a la condición individual previene la depresión
¿Cómo detectarla?
Varios de los síntomas comunes de la depresión se manifiestan claramente, sin embargo en los adultos mayores puede ser difícil de detectar. La fatiga, la falta de apetito y los problemas para dormir también pueden ser parte del proceso de envejecimiento o de un padecimiento físico. En consecuencia, la depresión temprana suele ser ignorada o confundida con otras afecciones que son comunes en los adultos mayores.
Por ende, cabe aclarar que la depresión en el adulto mayor se destaca principalmente por la presencia de tristeza, anhedonia (incapacidad para experimentar placer) y síntomas psicosomáticos, es decir, aquellas manifestaciones físicas producidas por procesos emocionales como fatiga crónica o dolor de cabeza. A estas se suman:
- Sensación de tristeza y desánimo más intensa de lo normal y que perdura durante meses.
- Pérdida de interés por disfrutar de aquello que la vida ofrece.
- Sensación permanente de fatiga o cansancio.
- Pérdida del apetito y consecuentemente de peso.
- Dificultad para descansar (trastornos del sueño).
- Deseo y necesidad de estar solo.
- Falta de confianza en uno mismo.
- Pensamientos suicidas.
Internet es una gran ayuda para mantener los vínculos con la familia y amigos que viven lejos, incluso para conocer gente nueva
Consecuencias
Independientemente de las causas, la depresión puede tener serios efectos físicos en las personas mayores. El índice de mortalidad de los hombres y mujeres de la tercera edad que tienen depresión y sentimientos de soledad es mayor que el de aquellos que están satisfechos con sus vidas. Incluso los sentimientos de desesperanza y aislamiento, que suelen alentar ideas suicidas, son más frecuentes entre las personas mayores, en especial en aquellas con discapacidades o que están confinadas a hogares de ancianos.
Por lo tanto, si no se trata, la depresión puede resultar nociva para la salud e implicar la adopción de hábitos alimenticios que generen obesidad o adelgazamiento extremo, pérdida de energía, insomnio y deterioro de memoria.
Si bien envejecer es una parte inevitable de la vida, la depresión no debe formar parte de ella. Por lo tanto, el reconocimiento, diagnóstico y tratamiento tempranos pueden contrarrestar y prevenir sus consecuencias emocionales y físicas.
El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden contrarrestar y prevenir las consecuencias emocionales y físicas de la depresión
Estrategias para el adulto mayor
- Controlar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Acudir al médico para tratar el insomnio.
- Asistir a clubes o reuniones donde cultivar nuevas amistades.
- Usar Internet para mantener los vínculos con la familia y amigos que viven lejos, incluso para conocer gente nueva.
- Realizar diariamente actividad física acorde a la condición individual. Se afirma que aquellos adultos mayores que se ejercitan tienen vidas más largas y saludables, experimentan menos descensos en su calidad de vida, están menos solos y son más propensos a seguir siendo independientes.
- Mantener un peso saludable y alimentarse correctamente.
- Dentro de lo posible vivir acompañado.
- Sentirse útil por lo cual es importante generar actividades que brinden satisfacción personal.
- Crear una rutina de actividades para que el aburrimiento no agobie y termine en depresión.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
