Diabetes y verano

Lugones Editorial

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Con el aumento de la temperatura en el verano, también aumenta el riesgo de deshidratación e insolación, condiciones que las personas con diabetes deben tener en cuenta y evitar

Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial

La diabetes y el verano generalmente no son una buena combinación. Con el calor, el cuerpo libera hormonas que provocan el aumento de la glucemia. La combinación de hiperglucemia y calor puede generar deshidratación. La solución para evitar que la diabetes arruine las vacaciones es mantenerse siempre bien hidratado.

Verano con diabetes

Ciertas complicaciones de la diabetes, como el daño a los vasos sanguíneos y a los nervios, pueden afectar las glándulas sudoríparas, de modo que el cuerpo no se puede enfriar con la misma eficacia. Eso puede provocar agotamiento por calor y golpes de calor, los cuales son emergencias médicas.

Las personas con diabetes se deshidratan con más rapidez. Cuando el cuerpo está deshidratado, la concentración de glucosa en sangre aumenta y esto hace que los riñones trabajen más tratando de eliminarla a través de la orina. Para evitar estas consecuencias, es fundamental mantenerse hidratado y beber incluso cuando no se tiene sed. El agua es la mejor bebida de todas, aunque también se puede optar por infusiones o bebidas sin azúcares añadidos. Lo que sí hay que evitar son las bebidas con cafeína o alcohólicas, ya que producen deshidratación.

Las altas temperaturas pueden cambiar la forma en que el cuerpo usa la insulina. Es probable que sea necesario controlar los niveles de azúcar en sangre con más frecuencia, y ajustar la dosis de insulina, y lo que se come y bebe.

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Cuando el cuerpo está deshidratado, la concentración de glucosa en sangre aumenta y esto hace que los riñones trabajen más tratando de eliminarla a través de la orina. Para evitar estas consecuencias, es fundamental mantenerse hidratado

Alimentación en las vacaciones

La alimentación en las vacaciones debe respetar los mismos principios que rigen en otras épocas del año: variación, equilibrio y moderación, entre otros aspectos. No es un motivo para el “viva la pepa” y comer todo lo que venga en gana. No es inteligente tirar por la borda todo lo aprendido en el año. Al contrario, las vacaciones son un momento para darle al cuerpo el descanso merecido, compartir momentos de recreación y ocio con la familia y amigos, o destinar más tiempo a los deportes y ejercicios físicos. 

En cuanto a la alimentación en la época estival, deberá ser más fresca y liviana, con un mayor aporte de vegetales crudos y frutas, ensaladas completas con legumbres, salpicones de ave o pescado, y abundante líquido sin el agregado de azúcar.

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La alimentación en verano deberá ser fresca y liviana, con un mayor aporte de vegetales crudos y frutas, y ensaladas completas con legumbres

Consejos para las viandas

Las viandas para la playa o el camping deberán prepararse según las normativas de higiene para prevenir toxiinfecciones alimentarias que incluyen:

  • Elaborar los alimentos con la menor antelación posible a su consumo.
  • Extremar la limpieza y desinfección de la cocina, especialmente de las superficies donde se manipulan alimentos, utensilios y tablas de picar. El lavado de las manos antes de preparar los alimentos es fundamental.
  • Lavar prolijamente las frutas y verduras que se consumirán crudas.
  • Separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar la contaminación cruzada.
  • Cocinar correctamente los alimentos y consumirlos lo antes posible. De lo contrario, guardarlos refrigerados a las temperaturas correctas.
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No exponer a los rayos del sol las aplicaciones de insulina y conservarlas en una heladera portátil o envueltas en paquetes de gel frío

Un verano de 10

  • Para controlar adecuadamente la diabetes en verano, especialmente en la playa, conviene evitar la exposición prolongada al sol, especialmente de 10 a 16 horas.
  • No exponer a los rayos del sol las aplicaciones de insulina y conservarlas en una heladera portátil o envueltas en paquetes de gel frío.
  • Medir el nivel de glucemia con regularidad porque el calor puede aumentar el riesgo de hipoglucemia.
  • Siempre tener algún alimento a mano, así como reservas de azúcar, para subir la glucemia rápidamente si es necesario.
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Es fundamental que en las vacaciones, aún con los cambios de rutina, se respete el tratamiento pautado por el profesional médico para evitar posibles complicaciones de la diabetes

  • Evitar la comida chatarra que se vende en la playa (churros, facturas y helados cremosos) porque no solo suma calorías, sino que además dispara los niveles de glucosa en sangre.
  • Mantenerse siempre hidratado.
  • Hacer actividad física es clave para controlar la diabetes, pero conviene evitarla en los momentos más calurosos del día.
  • Usar ropa suelta, liviana y de colores claros.
  • Usar siempre protector solar y renovarlo periódicamente.
  • Nunca andar descalzo.
  • A pesar de las vacaciones y de los cambios en las rutinas, es necesario continuar con el tratamiento pautado por el profesional médico para evitar posibles complicaciones de la diabetes.
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Siempre hay que usar ropa suelta, liviana y de colores claros, y nunca andar descalzo

Cabe recordar que la diabetes no se toma vacaciones; las rutinas de autocuidado deben viajar siempre porque protegen, y evitan sorpresas y malos momentos. Es fundamental no olvidar el glucómetro, realizar los controles de glucemia y anotarlos en el diario de registros, no alterar el horario ni la cantidad de medicamentos prescriptos, cuidar los pies y evitar caminar descalzos en la playa, además de usar el calzado y las medias correctas al hacer deporte u otras actividades. 

Con estos consejos las personas con diabetes se sentirán más seguras y las vacaciones les brindarán el descanso y el relax que tan anhelan y se merecen.

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La diabetes no se toma vacaciones; las rutinas de autocuidado deben viajar siempre porque protegen, y evitan sorpresas y malos momentos

  • Sándwiches: con panes integrales, multicereales o figazas arábes, que incluyan una fuente de proteína (atún, pollo, huevo o queso magro), abundantes vegetales (tomate, pepino, lechuga, rúcula, zanahoria) y aderezos saludables (mayonesa light, queso blanco, kétchup, palta, mostaza). 
  • Tartas: de vegetales variados, con una solo tapa de masa. 
  • Ensaladas: multicolores y completas, con vegetales, legumbres, huevo, entre otros ingredientes.
  • Postres: frutas, yogures, gelatina diet, un palito helado.