La natación mejora la actividad respiratoria y la resistencia cardiopulmonar. Un deporte sin impacto en las articulaciones
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La natación es uno de los deportes más recomendado para las personas de todas las edades. Una de las principales ventajas es que dentro del agua se tiene un bajo impacto sobre las distintas partes del cuerpo y, de este modo, la tensión de los huesos y de las articulaciones se reduce al máximo.
Un ejemplo contrario a las actividades acuáticas es el running que presenta un fuerte impacto sobre las articulaciones, especialmente en los tobillos y rodillas como resultado del propio peso y la fuerza de gravedad. En cambio, dentro del agua esto no sucede porque la gravedad es distinta.
Incluso los ejercicios en el agua permiten una mayor libertad de desplazamientos que no brinda el trabajo “en el piso”. El medio acuático es ideal para desarrollar movimientos y posturas con notables efectos psicológicos: la persona se encuentra en un ambiente lúdico, de relajación y a una temperatura adecuada.
Con la natación los músculos incrementan su tamaño, y se hacen más fuertes y resistentes a las lesiones
Corazón y pulmones
Con el ejercicio aeróbico, el corazón se fortalece y pierde la grasa que lo rodea, por lo cual cada latido se hace más potente y puede trasladar mayor cantidad de sangre al resto del cuerpo. Como resultado, se produce una disminución de la frecuencia cardíaca en reposo, lo que mejora la economía y la eficacia de este órgano.
La natación es el deporte aeróbico por excelencia; este trabajo realizado en forma moderada y continua es el más aconsejado para el músculo más importante del organismo: el corazón. En este sentido, mejora la función cardíaca y disminuye la presión arterial. Se han detectado casos de pacientes hipertensos o con afecciones coronarias o vasculares periféricas que, gracias a la práctica de la natación, lograron disminuir la cantidad y dosis de medicamentos que utilizan.
Por su parte, la práctica de la natación fortalece aquellos músculos encargados de llenar y vaciar de aire los pulmones, lo cual permite que en cada respiración se pueda tomar mayor cantidad de aire con el menor gasto energético y, en consecuencia, la respiración resulta más eficiente, aumenta la oxigenación y disminuye el estrés de estos músculos respiratorios. Es decir, no solo favorece los niveles de aptitud física -al aumentar la capacidad pulmonar y limpiar los pulmones- sino que optimiza la capacidad respiratoria en pacientes con patologías pulmonares crónicas, como asma o EPOC.
Es una buena opción para pacientes de edad avanzada que sufren una marcha deteriorada
Ideal para músculos y huesos
La natación bien planificada ejercita todas articulaciones al aumentar la flexibilidad dinámica de estas; incluso los músculos incrementan su tamaño y se hacen más fuertes y resistentes a las lesiones. La eficacia lograda en las articulaciones -debido a la musculación de tendones y ligamentos, y a una buena lubricación interna, sumado al aumento de la masa muscular y de su resistencia- permite que la calidad de vida se modifique exponencialmente.
A nivel muscular global, se percibe una mejoría del miembro superior, espalda y tronco, y de los miembros inferiores, con aumento de la fuerza muscular y optimización de la coordinación. Es muy importante como actividad física en pacientes de edad avanzada que sufren una marcha deteriorada por diversos factores porque el agua brinda un ambiente de seguridad, ideal para recuperar el equilibrio diario.
La natación es uno de los deportes más recomendado para personas de todas las edades
A nivel óseo y articular, la natación favorece el mantenimiento de la movilidad y la lubricación articular, y en pacientes con artrosis ambos beneficios ayudan a disminuir el dolor. La pileta suele ser el primer ámbito en la rehabilitación de cirugías articulares. También es una actividad ideal para mejorar la postura -por la utilización del tronco como eje en los diferentes estilos-, especialmente para pacientes con escoliosis y cifosis.
En pocas palabras puede resumirse que la natación brinda beneficios cardiovasculares, circulatorios periféricos, respiratorios, musculares y articulares. Del mismo modo, el trabajo aeróbico ayuda a bajar de peso por el empleo de grasas como combustible en trabajos de baja intensidad y larga duración (por ejemplo, nadar lento pero sostenido durante una hora, tres veces por semana). Incluso sus ventajas son muy marcadas en la psiquis de la persona dado que actúa como relajante y disminuye las contracturas musculares secundarias al estrés de la vida diaria.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.