En las personas con obesidad o sobrepeso se duplica el riesgo de padecer disfunciones sexuales. ¿Cómo influye la alimentación en su intimidad?
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La dieta en particular afectará el desempeño de cada individuo en forma indirecta. “Por ejemplo, una alimentación alta en grasas y sodio repercutirá en una afectación del sistema cardiovascular, con la posibilidad de afectar negativamente el desempeño sexual a partir de una disminución de irrigación de las zonas genitales”, argumenta la Dra. Liliana Papalia, especialista en Nutrición Clínica y Obesidad, y Directora Médica del Instituto de la Nueva Imagen Corporal, y continúa: “En general, si una persona no se alimenta de forma saludable, eventualmente padecerá enfermedades crónicas y degenerativas como hipertensión, diabetes tipo 2 u obesidad, entre otras que, en todos los casos aumentan notablemente la posibilidad de padecer disfunciones sexuales”.
– ¿Qué ocurre en el caso de las personas con obesidad?
– Como comenté, la alimentación impacta directa e indirectamente en la salud sexual de las personas, y aquellas que padecen obesidad claramente no son la excepción. El sobrepeso y la obesidad no solo representan un problema estético, sino que también duplican el riesgo de padecer disfunciones sexuales. En este sentido, los sujetos obesos son significativamente más propensos a reportar problemas sexuales que aquellos con peso normal.
La ingesta excesiva que puede manifestar una persona con obesidad provoca un considerable aumento del tejido graso que, además de los cambios orgánicos que disminuyen el vigor para mantener relaciones sexuales y la libido, genera compuestos que refuerzan conductas que lo llevarían a una búsqueda de recompensa inmediata anteponiendo el placer de comer compulsivamente a la intimidad con su pareja.
Incluso, la sexualidad de una persona puede relacionarse negativamente con su obesidad de otras maneras. Lamentablemente quienes sufren esta enfermedad, enfrentan a su vez la discriminación y el estigma social que dificultan de manera indirecta sus relaciones sexuales al generar baja autoestima, rechazo a su propio cuerpo y al compañero, sentimientos de desvalorización y altos niveles de estrés, uno de los principales inhibidores del deseo. Por lo tanto, es imprescindible la comprensión de estos flagelos en su relación con la sexualidad y su impacto directo en las personas que padecen la patología.
Las personas con obesidad enfrentan la discriminación y el estigma social que dificultan sus relaciones sexuales al generar baja autoestima, rechazo a su propio cuerpo y al compañero
– ¿Ambos sexos experimentan su sexualidad de modo similar?
– No, dado que justamente numerosos estudios demuestran que las mujeres, con respecto a los hombres, registran cifras más altas de discriminación, especialmente por su situación socioeconómica, el aspecto físico, la obesidad/sobrepeso y por razones puramente de género. Por lo tanto, en el caso de la sexualidad, puede reconocerse que a medida que el sobrepeso aumenta, ésta se deteriora aún más en la mujer que en el hombre.
– ¿Cuál es la respuesta médica para estos pacientes?
– Actualmente, los problemas de sexualidad han adquirido mayor importancia y trascendencia en el bienestar de las personas, por este motivo se presenta como un gran desafío la situación en la población argentina en relación a la obesidad. Dado que seis de cada 10 personas tienen exceso de peso, en el tratamiento de la obesidad debería contemplarse el factor sexual para atender por igual los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y la conducta sexual del paciente. Así, está comprobado que durante períodos de ganancia de peso se ha reportado una disminución en la actividad y satisfacción sexual, situación que mejora con un pequeño porcentaje de descenso del mismo.
Asimismo, resulta necesario evitar el círculo vicioso que genera la insatisfacción sexual en relación con la comida. Este se produce dado que, si bien el contacto sexual con otra persona puede deparar altos niveles de placer, el deseo frustrado ocasiona mucha insatisfacción, y si ésta se mantiene durante un largo tiempo, se tiende a buscar otra satisfacción que, aunque de manera imperfecta, la compense, pudiendo ser la mayor ingesta de comida con lo cual este círculo vicioso se perpetúa.
– ¿Qué alimentos se recomiendan para mejorar la actividad sexual?
– En realidad no es posible recomendar alimentos en particular. Para gozar de una buena actividad sexual se requiere una dieta saludable y variada, que contemple todos los alimentos disponibles, en porciones adecuadas, dado que aportarán los macro y micronutrientes indispensables para gozar de una buena salud física, mental y sexual.
Para una buena actividad sexual se requiere una dieta saludable y variada
– ¿Entonces los alimentos afrodisíacos son un mito?
Los alimentos afrodisíacos se supone que son aquellos que se consumen con la intención de despertar y aumentar el deseo sexual. En estudios donde se evalúa el consumo de estos alimentos, en la mayoría de los sujetos que afirma haber tenido una respuesta positiva, se determinó que era por una combinación de efectos fisiológicos y psicológicos. Por lo tanto, desafortunadamente, deberíamos decir que no existe alimento del cual se haya comprobado fehacientemente que posea propiedades afrodisíacas per se”.
La realidad es que los alimentos llamados afrodisíacos se distinguen de otros no considerados como tales por un mayor contenido de micronutrientes, como la vitamina E, niacina y zinc. La vitamina E, que es un antioxidante natural, podría incrementar la síntesis de óxido nítrico en el endotelio de los cuerpos cavernosos del pene y el clítoris y mejorar así la respuesta sexual, pero ese efecto podrían exhibirlo también otros antioxidantes naturales como la vitamina C.
Por su parte, tanto la niacina como el zinc son nutrientes determinantes en numerosos procesos celulares relacionados con el crecimiento, desarrollo y madurez sexual. Sin embargo, la participación de tales nutrientes en la respuesta sexual inmediata, si existe, sería entonces al menos indirecta.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.