Síndrome de burnout

Lugones Editorial

Síndrome de burnout3

El síndrome de Burnout, o síndrome del “quemado”, es un tipo específico de estrés laboral que provoca cansancio físico o agotamiento emocional

Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial

El síndrome de Burnout, o también conocido como síndrome de desgaste profesional, síndrome de sobrecarga emocional, síndrome del quemado o síndrome de fatiga en el trabajo fue declarado, en el año 2000, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo laboral debido a su capacidad de afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida del individuo que lo sufre.

La definición más aceptada es la de Christina Maslach, psicóloga estadounidense, que lo describe como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal.

De este modo, el síndrome de Burnout se ha convertido en una de las causas más importantes de incapacidad laboral. Se define como una respuesta al estrés laboral crónico, incluso por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado.

Sindrome-de-burnout

Las personas se vuelven más irritables, surge la queja constante por la cantidad de trabajo a realizar y se pierde la capacidad de disfrutar de las tareas

Sus características

  • Cansancio o agotamiento emocional. Constituye la primera fase del proceso, donde se experimenta una progresiva pérdida de las energías vitales y una desproporción creciente entre el trabajo realizado y el cansancio experimentado. En esta etapa las personas se vuelven más irritables, surge la queja constante por la cantidad de trabajo a realizar y se pierde la capacidad de disfrutar de las tareas. 
  • Despersonalización. Es un modo de responder a los sentimientos de impotencia, indefensión y desesperanza personal. En lugar de expresar estos sentimientos y resolver los motivos que los originan, las personas muestran una actitud hiperactiva que incrementa su sensación de agotamiento y, durante esta fase, alternan la depresión y la hostilidad hacia el medio. 
  • Abandono de la realización personal. Es la tercera fase del proceso y se produce una pérdida de ideales y, fundamentalmente, un creciente alejamiento de las actividades familiares, sociales y recreativas. 
Sindrome-de-burnout2

Dentro de las manifestaciones físicas aparecen cefaleas, insomnio, estrés, malestar general, contracturas musculares y aumento de la presión arterial

Sus síntomas

  • Dentro de las manifestaciones mentales se experimentan sentimientos de vacío, agotamiento, fracaso, impotencia, baja autoestima y poca realización personal. Son frecuentes el nerviosismo, inquietud, irritabilidad, depresión, dificultad de concentración y baja tolerancia a la frustración. 
  • Por su parte, dentro de las manifestaciones físicas aparecen cefaleas, insomnio, estrés, malestar general, alteraciones gastrointestinales, contracturas musculares, aumento de la presión arterial taquicardia.
  • Por último, dentro de las manifestaciones conductuales se observa un incremento del consumo de café, alcohol, tabaco, fármacos y drogas ilegales; ausentismo laboral, bajo rendimiento personal y frecuentes conflictos interpersonales en el ámbito del trabajo y dentro de la propia familia. 

Esta patología afecta a quienes se dedican a profesiones que exigen entrega, idealismo y servicio a los demás, y se asienta sobre una personalidad perfeccionista con un alto grado de autoexigencia. Generalmente la padecen los médicos, trabajadores sociales, profesionales de alto riesgo y quienes ocupan altos cargos directivos o realizan tareas rutinarias y monótonas.

Sindrome-de-burnout1

Es necesario planificar y desarrollar actividades de ocio y sociales 

¿Cómo se previene y trata?

  • Controlar el estrés.
  • Generar actividades externas al ámbito laboral.
  • Intensificar y revalorizar las relaciones personales y familiares.
  • Planificar y desarrollar actividades de ocio y sociales.
  • Disponer de tiempo y espacio para el juego y la recreación.
  • No saltear períodos de vacaciones.
  • Realizar diariamente actividad física.
  • Implementar una sana alimentación.
  • Dormir ocho horas diarias.
  • Trabajar mejor en vez de más y hacer pequeños cambios que puedan hacer el trabajo menos estresante y más eficiente.
  • Establecer objetivos realistas según la capacidad y las propias limitaciones.
  • Tomar las cosas con más distancia y menos exigencia.
  • Procurar no llevar el trabajo a casa y “desconectarse” de los temas laborales.
  • Aprender a serenarse, no intentar abarcarlo todo y fundamentalmente aprender a decir “no”.

Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.