Las guías de práctica clínica de la ISPAD incluyen recomendaciones actualizadas sobre nutrición en niños y adolescentes con diabetes orientadas a mejorar los resultados clínicos y metabólicos
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Las recomendaciones actualizadas sobre nutrición en niños y jóvenes con diabetes de la ISPAD se centran en los principios de la alimentación saludable, el manejo de la glucemia, la reducción de los factores de riesgo cardiovascular, el mantenimiento del bienestar psicológico y la dinámica familiar.
El uso de estas recomendaciones debe reconocer el impacto que tiene la seguridad alimentaria sobre la capacidad de seguir pautas de tratamiento.
En esta primera parte, se resumen los principales aspectos de:
- Pautas sobre nutrición para la salud, el crecimiento y el desarrollo
- Componentes de los alimentos
- Pautas para la atención y la educación nutricionales y la planificación de comidas
- Herramientas y métodos de educación y regímenes de insulina

Las guías de práctica clínica de la ISPAD se centran en la alimentación saludable, el manejo de la glucemia, la reducción de los factores de riesgo y el bienestar psicológico
Introducción
El manejo nutricional es uno de los pilares de la atención de la diabetes (DM) y la educación sobre la enfermedad.
Las recomendaciones alimentarias para personas jóvenes con DM se basan en las recomendaciones de alimentación saludable para la población y, por consiguiente, son adecuadas para toda la familia.
Los consejos alimentarios profesionales se deben adaptar a las tradiciones culturales, étnicas y familiares, y a las necesidades psicosociales del niño o joven a nivel individual. Independientemente del nivel económico, es preciso prestar atención a la seguridad alimentaria.
Debe haber un dietista especialista en DM pediátrica a disposición siempre que sea posible como parte del equipo de atención multidisciplinaria de la DM pediátrica para ofrecer educación, supervisión y apoyo a la persona joven con DM, a sus padres, a sus cuidadores, a la guardería, a los docentes de la escuela y a las niñeras.
El dietista debe aconsejar sobre la planificación, el contenido y el horario de los refrigerios y las comidas en el contexto de las circunstancias particulares de cada niño, su estilo de vida y el perfil de acción de la insulina del régimen recetado.
El rol ampliado del dietista puede incluir el ajuste de dosis de insulina y de otros medicamentos y, cuando tenga calificaciones para eso, recetar insulina y otros medicamentos.

La terapia nutricional, cuando se usa en combinación con otros elementos de la atención de la diabetes, puede mejorar los resultados clínicos y metabólicos
Pautas sobre nutrición para la salud, el crecimiento y el desarrollo
- Equilibrio energético
Los niños y adolescentes con DM necesitan planes de alimentación que aseguren energía suficiente para el crecimiento, desarrollo y un peso saludable. Un dietista pediátrico especializado debe evaluar la ingesta y patrones de alimentación de cada familia y orientar en la creación de un plan de comidas regular y adecuado a su estilo de vida.
Los requerimientos energéticos cambian con la edad y el crecimiento, por lo que se recomiendan revisiones periódicas de la ingesta para ajustar las calorías y evitar dietas restrictivas o exceso de peso. Tras el diagnóstico de DM1, el aumento de apetito con la insulina puede producir incremento de peso rápido; el primer año es crítico para mantener un peso saludable.

La educación nutricional debe guiar a las familias hacia opciones alimentarias equilibradas que favorezcan el control glucémico y el desarrollo adecuado
- Mantenimiento de un peso saludable
Mantener un peso saludable es un objetivo clave en jóvenes con DM, dado que la prevalencia de sobrepeso y obesidad es al menos igual que en la población general. Los factores que contribuyen incluyen cambios en la alimentación, menor actividad física, ambiente obesogénico, exceso de insulina, consumo calórico para prevenir hipoglucemias y carbohidratos adicionales durante el ejercicio.
Los equipos de DM deben ofrecer orientación familiar sobre nutrición, actividad física y hábitos de sueño desde el diagnóstico y de forma continua. En cada consulta se recomienda medir peso, altura, IMC y crecimiento, utilizando gráficas de referencia; la circunferencia de cintura y la relación cintura/altura podrían aportar información adicional sobre riesgo metabólico o cardiovascular.
Se aconseja revisar la alimentación con un dietista pediátrico para prevenir aumento de peso excesivo y ajustar calorías según crecimiento. La revisión periódica de insulina permite minimizar el consumo de refrigerios adicionales para prevenir hipoglucemia. El ajuste de insulina, más que añadir carbohidratos, es la estrategia recomendada para la actividad física.
- Recomendaciones de consumo calórico
Existen guías nacionales que establecen recomendaciones de carbohidratos y distribución de macronutrientes en jóvenes con DM. En general, se sugiere que los carbohidratos representen al menos 45 % de las calorías, aunque adolescentes con sobrepeso u obesidad podrían beneficiarse de un consumo menor (≈40 %) y mayor proporción de proteínas (≈25 %).
La distribución de macronutrientes debe adaptarse a los requerimientos calóricos individuales, considerando patrones culturales, preferencias familiares y acceso a alimentos. Restricciones de macronutrientes pueden afectar el crecimiento y provocar deficiencias nutricionales. El uso de valores de referencia para calorías (VAR/RCD) debe individualizarse para evitar recomendaciones de sobre o infraconsumo de macronutrientes.

Macronutrientes en relación con el consumo calórico total diario
Componentes de los alimentos
- Carbohidratos
Los requerimientos de carbohidratos se individualizan según edad, género, actividad y hábitos previos. En general, 40-50 % de las calorías pueden provenir de carbohidratos, ajustando insulina según la proporción insulina-carbohidratos. Se deben priorizar fuentes saludables: cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y lácteos bajos en grasa (completos en <2 años).
- Dietas bajas en carbohidratos
No hay evidencia suficiente para recomendar dietas muy bajas en carbohidratos (<26 % de las calorías o 20-50 g/día) en niños y adolescentes con DM1. Estas dietas pueden causar cetosis, dislipidemia, deficiencias nutricionales y riesgo de trastornos alimentarios. La restricción moderada (<40 % de calorías) puede considerarse solo con supervisión de un dietista, asegurando ingesta suficiente de calcio, vitaminas B, hierro y fibra. La administración preprandial de insulina, aumento de proteínas y fibra, y atención al índice glucémico ayudan a minimizar fluctuaciones posprandiales.
- Sacarosa
La sacarosa puede representar hasta 10 % del total calórico, siempre equilibrada con insulina y dentro de una dieta saludable. Se recomienda limitar bebidas azucaradas y usar alternativas “light” o dietéticas en ocasiones especiales. Puede usarse sacarosa para tratar hipoglucemia según pautas clínicas.
- Fibra
Se recomienda consumir fibra mediante legumbres, frutas, verduras y cereales integrales. La fibra soluble ayuda a controlar lípidos y mejorar saciedad. Debe aumentarse gradualmente con suficiente líquido para evitar molestias digestivas y puede mejorar control glucémico y reducir riesgo cardiovascular.
- Grasas
El consumo total de grasa debe ser 30-40 % de las calorías; las grasas saturadas <10 %. Se recomienda sustituir grasas saturadas por monoinsaturadas (aceite de oliva, frutos secos) y poliinsaturadas (pescado azul, aceites vegetales). Se aconseja dieta estilo mediterráneo, limitar grasas trans y fomentar consumo de pescado rico en n-3 1-2 veces por semana.
- Proteínas
El requerimiento de proteínas disminuye con la edad, desde 2 g/kg/día en la primera infancia a 0.8-1 g/kg/día en adolescencia. Se priorizan proteínas vegetales (legumbres) y animales magras (pescado, carne magra, lácteos descremados). En caso de nefropatía, evitar ingestas excesivas >25 % de calorías.

La ingesta de fibra soluble ayuda a controlar lípidos y mejora la saciedad
- Vitaminas, minerales y antioxidantes
Se recomiendan los mismos requerimientos que para jóvenes sanos. No hay evidencia que respalde suplementos sin deficiencia; la planificación de comidas debe garantizar aporte completo de micronutrientes.
- Sodio
Limitar sodio según edad: 1-3 años 1000 mg/día, 4-8 años 1200 mg/día, ≥9 años 1500 mg/día. El exceso está asociado con disfunción vascular.
- Alcohol y drogas
El alcohol en jóvenes con DM1 puede causar hipoglucemia inmediata o tardía, hiperglucemia y riesgo de cetoacidosis. Se recomienda educación sobre riesgos, consumo responsable, estrategias para prevenir hipoglucemia, y diálogo sobre cannabis y otras drogas que afectan la glucosa y adherencia al tratamiento.
- Edulcorantes no nutritivos y alimentos para diabéticos
Edulcorantes aprobados por la FDA son seguros dentro de las cantidades diarias aceptables. No son necesarios alimentos etiquetados “para diabéticos”, que pueden ser más caros o contener polioles que a ≥20 g/día pueden causar diarrea. Su uso permite sabor dulce sin alterar glucemia ni insulina.
Pautas para la atención y la educación nutricionales y la planificación de comidas
Un dietista pediátrico especializado debe brindar asesoramiento nutricional inicial lo antes posible tras el diagnóstico de DM, estableciendo una relación de confianza y apoyo.
La evaluación debe incluir la historia alimentaria completa: hábitos y tradiciones familiares, composición de las comidas (calorías, carbohidratos, grasas, calidad de alimentos y horarios), y actividades diarias del niño, incluyendo ejercicio y horarios escolares o de guardería.
El plan personalizado se basa en la evaluación del dietista y el equipo de DM; los niños que usan insulinoterapia intensiva deben iniciar recuento de carbohidratos desde el diagnóstico. Se recomiendan consultas de seguimiento periódicas: la primera a un mes del diagnóstico, luego cada 3-6 meses, con un mínimo de 2-4 consultas durante el primer año, y evaluaciones anuales posteriores.

Un dietista pediátrico especializado debe brindar asesoramiento nutricional inicial lo antes posible tras el diagnóstico de diabetes, estableciendo una relación de confianza y apoyo
Herramientas y métodos de educación y regímenes de insulina
Las herramientas educativas buscan mejorar el manejo glucémico, el crecimiento y reducir riesgos cardiovasculares. La educación sobre alimentación saludable y recuento de carbohidratos es fundamental, incluyendo la interpretación de la VCG para ajustar insulina y comprender el impacto de grasas, proteínas y fibra en la glucemia posprandial. La enseñanza puede ser presencial o virtual, individual o grupal, y debe adaptarse a la observación y experiencia de la familia.
- Herramientas de educación
Se utilizan recursos visuales y prácticos, como el Modelo del Plato, para enseñar proporciones de alimentos, carbohidratos y nutrientes, promoviendo comidas regulares y refrigerios pequeños que aseguren la ingesta adecuada de nutrientes.
- Evaluación de carbohidratos
El recuento de carbohidratos es esencial para planificar los bolos de insulina y optimizar la glucemia posprandial. Incluye enseñar a leer etiquetas, evaluar porciones y comprender la calidad de los alimentos, formando parte de un enfoque integral de alimentación saludable.
- Recomendaciones según régimen de insulina
Insulina dos veces al día: requiere horarios de comida regulares y carbohidratos antes de dormir para prevenir hipoglucemia nocturna; no se recomienda en DM1 actual.
Insulina intensiva: permite flexibilidad con proporciones insulina-carbohidratos (PIC) personalizadas; el recuento de carbohidratos debe iniciarse al diagnóstico y ajustarse según glucemia posprandial, calidad de alimentación y rutina de comidas.
- Proporciones insulina-carbohidratos
Las proporciones insulina-carbohidratos (PIC) se adaptan a edad, sexo, pubertad, actividad y duración de la DM. Los niños más pequeños requieren PIC más fuertes para bolos y, en algunos casos, mayor insulina en el desayuno.
Herramientas como calculadoras de bolos, medidas visuales y tazas/cucharas ayudan a calcular carbohidratos y dosis de insulina, mejorando glucemia posprandial y reduciendo riesgo de hipoglucemia. La revisión periódica del recuento de carbohidratos es necesaria conforme los niños crecen y cambian sus hábitos alimentarios.

Se utilizan recursos visuales y prácticos, como el Modelo del Plato, para enseñar proporciones de alimentos, carbohidratos y nutrientes. Imagen tomada de: Joslin Diabetes Center Healthy Plate. © 2021 por Joslin Diabetes Center (www.joslin.org).
ISPAD: nutrición en niños y jóvenes con diabetes
Fuente
Annan SF, Higgins LA, Jelleryd E, et al. Manejo nutricional en niños y adolescentes con diabetes. Guías de Práctica Clínica de la ISPAD 2022.








