Mantener un peso adecuado, realizar actividad física, no fumar y comer sano son las claves para tener el colesterol bajo control
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
El colesterol es una sustancia que se encuentra en la sangre; en sus niveles adecuados, sirve para el metabolismo de las células. En general, se divide en bueno o malo. Ahora bien, ¿por qué es tan importante mantener el colesterol bajo control?
“Para los cardiólogos, el colesterol no solo se divide en bueno o malo, sino que existen otros intermedios que componen el colesterol malo, como el VLDL (very low-density lipoprotein, lipoproteína de muy baja densidad) o diferentes partículas que lo forman conocidas como ‘partículas de colesterol aterogénicas’ (aquellas que producen mayor daño arterial), las cuales podemos individualizar, analizar y reconocer cuál es la correcta relación entre ellas y los triglicéridos (ácidos grasos)”, explica el Dr. Javier Estrella, médico Cardiólogo.
En este sentido, si esa combinación de partículas muy malas, malas y buenas no establece una correlación estupenda para el organismo, en consecuencia, se produce daño en las arterias por acumulación de colesterol en sus paredes.
Es fundamental reducir el consumo de grasas saturadas, eliminar las grasas “trans”, optar por alimentos ricos en omega 3 y aumentar la ingesta de fibra soluble
Visita al cardiólogo
El Dr. Estrella aconseja que los pacientes consulten periódicamente con un cardiólogo especialista en el manejo de lípidos, quien es probable que recete medicación (como las estatinas) no solo para reducir el colesterol malo, sino que su indicación principal será la de actuar como un antiinflamatorio arterial, entre algunos de los efectos buscados.
“Los cardiólogos tratamos a los pacientes en forma individualizada y más allá de las cifras de su colesterol, nos interesa conocer sus antecedentes familiares y los propios de sus enfermedades cardiovasculares. Por ello, primero realizamos una historia clínica para detectar si se trata de colesterol familiar (dislipidemia familiar) y también, durante el seguimiento, analizamos si el colesterol malo baja, pero aumentan los triglicéridos o viceversa. Todo esto es muy importante porque el mayor daño del colesterol elevado es su acumulación en las arterias, lo que se conoce como ateroesclerosis”.
Cabe aclarar que, aunque los niveles de colesterol disminuyan, los pacientes nunca deberán suspender su medicación si tienen diagnóstico de algún tipo de dislipidemia.
Para lograr niveles adecuados de colesterol, hay que implementar hábitos saludables
Pacientes en forma
Para contar con niveles adecuados de esta sustancia es fundamental implementar hábitos saludables, es decir, mantener un peso adecuado, realizar actividad física diariamente (30 minutos como mínimo), controlar el colesterol malo dos veces al año (o más en caso de antecedentes familiares), no fumar y comer sano (sumar pescado, aceite de oliva, cereales y frutos secos).
“Si el paciente quiere darse un gusto (una buena picada, un rico postre) puede hacerlo, pero siempre en su justa medida y en pequeña cantidad. En estos casos lo mejor será que también consulte con un nutricionista para que lo asesore y ordene sus comidas”.
La actividad física favorece el aumento del colesterol “bueno”. Como mínimo, se aconseja realizar 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos tres veces a la semana
Antes de concluir el Dr. Estrella desmitifica que el estrés aumente el colesterol (porque en realidad se relaciona con el componente familiar y/o alimentario), y enfatiza el valor de los chequeos médicos para detectar los niveles elevados: “Además del análisis de sangre, existen otros estudios como el eco doppler carotídeo y el índice tobillo-brazo. Estos últimos nos acercan a un diagnóstico subclínico, antes que el paciente sufra una enfermedad vascular, brindan información del estado y edad de sus arterias (arterioesclerosis) y ponen de manifiesto una ateroesclerosis subclínica”.
Si la combinación de partículas muy malas, malas y buenas no establece una correlación estupenda para el organismo, en consecuencia, se produce daño en las arterias por acumulación de colesterol en sus paredes
Colesterol bajo control
- Consumir alimentos saludables para el corazón. Para ello se recomienda: reducir el consumo de grasas saturadas, eliminar las grasas “trans”, optar por alimentos ricos en omega 3 y aumentar la ingesta de fibra soluble.
- Realizar actividad física periódicamente. El ejercicio moderado puede ayudar a aumentar las lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL, el colesterol “bueno”). Como mínimo, se aconseja realizar 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos tres veces a la semana. Ello incluye: hacer una caminata rápida durante la hora del almuerzo, todos los días, ir en bicicleta hasta el trabajo o practicar el deporte favorito.
- No fumar. Al dejar de fumar, los beneficios se producen rápidamente: a los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo; a los 3 meses, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar, y al año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
- Bajar de peso. Tener algunos kilos demás, aunque sean pocos, contribuye al colesterol alto. Los cambios pequeños suman, por ejemplo, reemplazar las gaseosas o bebidas azucaradas por agua.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.