La actividad física posee un efecto protector y preventivo en el funcionamiento del corazón
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
Al realizar ejercicio el corazón se somete a grandes cambios hemodinámicos, entre los más relevantes, ocurre un aumento en la contracción del músculo cardíaco y un incremento de la volemia (cantidad de sangre en el organismo), además de cambios a nivel celular, molecular y genético. “Asimismo en las arterias se liberan sustancias que producen una vasodilatación, se forman nuevos vasos sanguíneos y se reduce la presencia de proteínas inflamatorias teniendo un efecto antiinflamatorio”, explica la Dra. María Alejandra Angrisani, Cardióloga, especialista en Medicina del Deporte, quien destaca también que el ejercicio inhibe la formación de placas ateroescleróticas, las responsables de diversos problemas cardíacos.
No existe un ejercicio mejor que otro, la clave es hacer lo que a uno le gusta
– ¿Qué beneficios aporta la actividad física?
– Cada vez existe mayor evidencia que la actividad física posee un efecto protector y preventivo sobre las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, el infarto, la obesidad, o la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer; es decir, ante cualquier patología, el ejercicio ayuda a controlarla. Incluso mejora la capacidad funcional, el estado de ánimo y psicológico en general, y retrasa las enfermedades y la incapacidad que puede padecer la gente de edad avanzada.
Se recomienda alternar ejercicios aeróbicos con aquellos de fuerza y flexibilidad
– ¿Cuáles son las recomendaciones para su práctica?
– En primer lugar, hay que diferenciar la actividad física, del ejercicio físico y el deporte porque, aunque parezcan términos similares, son distintos. La actividad física es todo movimiento que genera gasto energético y resulta de hacer tareas cotidianas (limpiar, barrer) o como parte de cualquier deporte (fútbol, baile). Por su parte, el ejercicio físico es toda actividad física, estructurada, planificada y repetitiva cuyo objetivo es mejorar el estado físico. Y, por último, por deporte se entiende la sucesión de actividades que contienen una estructura específica y un reglamento que pueden realizarse de forma recreativa, competitiva y de alto rendimiento.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mantener un buen estado de salud en los adultos son de un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos semanales de actividad física de intensidad alta. Se observan mayores beneficios con niveles de entrenamiento cercanos a los 300-450 minutos semanales. Las personas sedentarias deberían comenzar con 30 minutos de actividad física diaria, al menos 5 días por semana. Se sugiere, además, agregar ejercicios de fortalecimiento muscular y flexibilidad. Por su parte, en los niños y adolescentes estas recomendaciones son un poco “más exigentes” y ascienden a 60 minutos semanales.
Cabe recordar que previo a la práctica de cualquier ejercicio físico debe realizarse un chequeo cardiológico para descartar patologías que puedan desencadenar alguna complicación para la salud.
Ante cualquier patología, el ejercicio ayuda a controlarla, por ello es clave estar siempre en movimiento
– ¿Existe un ejercicio mejor que otro?
– No existe un ejercicio o deporte mejor que otro porque hay que hacer lo que a uno le gusta así se continúa en el tiempo. Es importante generar este hábito desde la infancia y luego mantenerlo en la tercera edad para mejorar la calidad de vida.
– ¿Se contraindica en caso de alguna patología cardíaca?
– En realidad lo que se contraindicaría sería la práctica deportiva competitiva solo en casos de enfermedades en estadio avanzado. Fuera de lo competitivo, el ejercicio siempre se adapta a la condición o patología del paciente.
La actividad física posee un efecto protector y preventivo sobre las enfermedades cardiovasculares
– ¿Cuál es la mejor forma de combinar ejercicios?
– Con el fin de mejorar la salud, se recomienda alternar ejercicios aeróbicos (caminar, andar en bicicleta, bailar o nadar) con aquellos de fuerza y flexibilidad. Sin embargo, deben tenerse en cuenta los objetivos individuales: no es lo mismo quien quiere aumentar masa muscular después de una cirugía bariátrica, que aquel que desea perder peso y controlar los valores de colesterol. En este sentido, los ejercicios se planifican según las necesidades y objetivos de cada persona.
En los niños y adolescentes las recomendaciones para realizar ejercicio son mayores
– ¿Qué rol cumple la alimentación?
– Junto con la actividad física, es un pilar fundamental para mejorar la calidad de vida. Si se adoptaran ambos hábitos, los profesionales solo nos dedicaríamos a la medicina preventiva de las llamadas enfermedades no transmisibles, como la hipertensión, diabetes u obesidad. Para terminar con la epidemia de sobrepeso y obesidad, hay que moverse e implementar una alimentación saludable y movimiento.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
