Para lograr una buena calidad de vida, es fundamental envejecer en forma activa
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
Anteriormente la vejez se relacionaba con la enfermedad, la dependencia y la falta de productividad. No obstante, gracias a la promoción de estrategias que mejoran la calidad de vida, incluso a los adelantos en medicina y farmacología, se instauró un nuevo paradigma que considera a los adultos mayores participantes activos de la sociedad. Es decir, se trata de vivir el envejecimiento como una experiencia positiva, acompañada de oportunidades, autonomía y salud.
Mantenerse activo es la base para transitar saludablemente la tercera edad
Envejecimiento activo
Es el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental para ampliar la esperanza de vida saludable, su productividad y calidad. Este término fue adoptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fines del siglo XX para transmitir un mensaje más completo que el de “envejecimiento saludable”. “Activo” refiere no solo a la capacidad de estar físicamente activo, sino a una implicación continua en cuestiones sociales, económicas, espirituales y cívicas.
Se trata de vivir el envejecimiento como una experiencia positiva, acompañada de oportunidades, autonomía y salud
Hora de moverse
La OMS señala que para los adultos mayores el ejercicio consiste en realizar actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (caminar o andar en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Cabe destacar que la práctica regular de ejercicio en esta etapa contribuye al mejoramiento de la calidad de vida. Está demostrado que imprime un aspecto más saludable y estético, permite conservar mayor fuerza vital y física, ayuda a mantener y recuperar el equilibrio físico y psíquico, facilita la actividad articular y previene varias enfermedades.
En esta etapa, el ejercicio imprime un aspecto más saludable y estético
“Yo puedo”
Cada una de las personas conoce cuáles son sus límites y posibilidades, no obstante, ello no significa tomar una actitud pasiva y pensar: “No me muevo porque estoy viejo”, “No me sale” o “Nunca lo hice”. Es necesario transmitir a las personas mayores el apoyo y acompañamiento necesario, además de explicarles que no existe edad para aprender. Se trata de desmitificar que si son “viejos” no pueden hacer nada más, que no tienen derecho a moverse ni disfrutar de su propio cuerpo. Frente al “No puedo” debe afirmarse “Yo puedo” dado que la inactividad física provoca consecuencias como:
- Aumento de peso por un desbalance entre el ingreso y el gasto de calorías.
- Reducción de la elasticidad y movilidad articular, hipotrofia muscular, disminución de la habilidad y de la capacidad de reacción.
- Enlentecimiento de la circulación con la consiguiente sensación de pesadez y edemas, y desarrollo de dilataciones venosas (várices).
- Dolor lumbar y lesiones del sistema de soporte o mala postura debido al poco desarrollo del tono de las respectivas masas musculares.
- Tendencia a enfermedades como hipertensión arterial, diabetes e hipercolesterolemia.
- Sensación frecuente de cansancio, desánimo, malestar y baja autoestima relacionada con la imagen corporal.
El agua es uno de los medios más eficaces para mejorar y mantener la capacidad cardiorrespiratoria
Las más recomendadas
En base a la condición individual, cada persona elegirá aquella actividad que pueda realizar y que más satisfacción le genere. En este sentido, la caminata se postula como el ejercicio ideal porque condiciona un mínimo estrés para el corazón y el aparato locomotor, a la vez que distrae la mente. En caso que la condición física lo permita, un buen ejercicio cardiorrespiratorio consiste en alternar la caminata con una carrera a trote suave.
El agua es uno de los medios más eficaces para mejorar y mantener la capacidad cardiorrespiratoria, incluso el sistema neuromuscular porque obliga a realizar constantes ajustes para adaptar todos los movimientos a situaciones que cambian en un medio que no es el habitual. Esta actividad previene problemas posturales, mejora la amplitud de movimiento y actúa como un buen relajante para los músculos.
La bicicleta es otra actividad muy recomendada para la tercera edad dado que previene enfermedades cardiovasculares, protege las articulaciones y optimiza la coordinación motriz.
De este modo, mantenerse físicamente activo en la tercera edad es la mejor recomendación para transitar la última etapa de la vida lo más saludablemente posible.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.