Con la equinoterapia, el caballo favorece la integración y socialización de personas con discapacidades
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La equinoterapia es una actividad donde el mediador terapéutico es el caballo y su medio ambiente actúa como un facilitador a nivel psicosensorial, físico-emocional y social para el tratamiento de personas con discapacidad.
Dado que la equinoterapia es una terapia asistida con caballos dirigida a personas que necesitan un tratamiento, debe desarrollarse bajo la dirección de un médico, con el equipo presente en el lugar de trabajo. Resulta muy efectiva para quienes presentan patologías neurológicas, metabólicas, ortopédicas, traumatológicas o reumatológicas, entre otras.
Se crea un diálogo no verbal que facilita las relaciones sociales
El lugar
El espacio donde se realizan las actividades es el medio ambiente del caballo: abierto, dinámico e interactivo, con la participación propia del animal, y los diversos elementos del contexto (paisaje, aromas). De este modo, todos los sentidos están estimulados permanente y delicadamente y, en consecuencia, se obtienen diversos beneficios como: equilibrio, coordinación, destreza y sentimiento de fuerza física, los cuales generan autoconfianza, tenacidad, perseverancia y calma.
La equinoterapia es efectiva en casos de patologías neurológicas, metabólicas, ortopédicas, traumatológicas o reumatológicas
¿Por qué el caballo?
Por sus características morfológicas de desplazamiento y atributos sensoriales perceptivos, el caballo se convierte en una fuente inagotable de recursos terapéuticos para tratar diversas patologías. El caballo da movimiento y el movimiento es vida. En el aspecto físico, ofrece una amplia variedad de posibilidades. Por ejemplo, su cuerpo, al caminar al paso, se convierte en un cuerpo tridimensional de movimientos en los planos adelante-atrás-costado-, con una rotación hacia derecha e izquierda que reproduce el patrón de marcha similar al humano.
El caballo es un ser perceptivo por naturaleza que le permite no solo huir del peligro, sino que también puede adaptarse a distintas circunstancias, entre ellas, la pasividad que adopta cuando está en contacto con personas que padecen alteraciones psicomotrices.
En el plano emocional, se crea un vínculo de amor y respeto, multidireccional, que fluye naturalmente. El caballo no juzga, no discrimina, enseña a vivir como manada y no como jauría. De esta manera, los pacientes mejoran su autoestima porque manifiestan su poder inherente y sus propias capacidades.
En el plano social, interactuar con un ser sociable, gregario, inteligente y paciente, brinda el espacio para dejar afuera las emociones negativas y ser mejores personas.
El caballo es en una fuente inagotable de recursos terapéuticos para tratar diversas patologías
Aportes terapéuticos
A nivel psicológico, la equinoterapia es efectiva porque:
- Aumenta la motivación.
- Mejora la atención y la concentración.
- Ayuda a corregir problemas de conducta.
- Estimula la afectividad, la sensibilidad táctil, visual, olfativa y auditiva.
- Desarrolla la autoconfianza y afianza la autoestima.
- Se crea un diálogo no verbal con el caballo, que facilita las relaciones sociales.
- Beneficia la percepción espacio-temporal.
Mientras que en el plano físico:
- Fortalece la musculatura, y mejora el equilibrio y la coordinación.
- Refuerza la psicomotricidad.
- Mejora la postura de tronco, cabeza y cuello.
- Favorece el funcionamiento del aparato respiratorio.
- Mejora el sistema circulatorio.
El caballo cumple una noble finalidad terapéutica con las personas con discapacidades
¿Para quiénes se aconseja?
Los especialistas recomiendan la terapia asistida con caballos a quienes padecen alguna de las siguientes enfermedades:
- Neurológicas: parálisis cerebral, síndrome de Down, esclerosis múltiple, esclerosis lateral, distrofia muscular, epilepsia, autismo, atrofia cerebral, mielitis, neuritis y patologías neurológicas, degenerativas, traumáticas y tumorales.
- Ortopédicas: secuelas de tumores, secuelas de traumas, amputaciones, traumatismos en general.
- Reumatológicas: artritis, fiebre reumática, artrosis, gota.
Incluso pueden tratarse cuadros relacionados con otras especialidades como: psiquiátricos y psicológicos (comportamientos fóbicos, trastornos de la adaptación), disturbios de la percepción sensorial (auditivos, visual, lenguaje), patologías de desequilibrio endocrinológico (hipotálamo, hipófiso-adrenal o que afecten las glándulas y la inmunidad), así como asma, alergias, estrés o pacientes oncológicos clínicamente compensados.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.