Los malos hábitos aceleran y acentúan el envejecimiento. Conozca las claves para mejorar su calidad de vida
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
A partir de los 40 años el espejo devuelve una nueva imagen que exhibe ciertos signos de envejecimiento con la aparición de las primeras arrugas, incluso el resto de los órganos también experimenta una serie de cambios. Más allá del paso del tiempo, existen hábitos y malas costumbres que aceleran este proceso.
Vivir con una actitud positiva y optimista es una de las bases de una buena salud
¿Cuáles son los malos hábitos?
Los signos del envejecimiento son inevitables pero la buena noticia es que puede controlarse la velocidad en la que ocurren. El proceso se acelera o retarda en virtud de una mezcla de lo que sucede internamente en el cuerpo y el estilo de vida que se haya desarrollado. Diversos estudios afirman que establecer rutinas sanas como practicar ejercicio, reducir el consumo de alcohol y no fumar, entre otras, no solo mejoran la apariencia física, sino también la calidad de vida. ¿Cuáles son los factores que aceleran el proceso de envejecimiento?
- Fumar. Los cigarrillos contienen componentes químicos que, además de afectar la salud respiratoria, promueven el deterioro prematuro de la piel. Las toxinas afectan el proceso de oxigenación celular e interfieren en la regeneración de los tejidos. Por otro lado, al producir deshidratación, su consumo excesivo puede resecar y debilitar la piel, además de acelerar la aparición de arrugas y manchas, incluso desde edades jóvenes.
- No usar protector solar. Su uso diario es una de las medidas imprescindibles para prevenir el envejecimiento prematuro porque minimiza el impacto de los rayos UV sobre la dermis. Incluso el exceso de sol puede resultar perjudicial porque aumenta las posibilidades de sufrir cáncer de piel.
- No descansar suficientemente. Una mala calidad de sueño acarrea consecuencias notorias en la salud de la piel porque durante el descanso se producen procesos que son determinantes para reducir las agresiones que sufren los tejidos durante el día. En este sentido, dormir menos de 7 horas diarias afecta la circulación, favorece la aparición de arrugas prematuras, bolsas en los ojos y flacidez.
- Una mala alimentación. Los nutrientes que se obtienen de los alimentos son esenciales para lucir una piel saludable y joven por más tiempo. El consumo excesivo de grasas y azúcares, al igual que los procesados, afectan la producción de colágeno y elastina, y aceleran el envejecimiento.
Con el ejercicio, se eliminan toxinas, y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y osteoporosis
- No ejercitarse. Moverse es esencial para mantener un cuerpo vital y estilizado, además, gracias a su práctica diaria, se eliminan toxinas, y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y osteoporosis, entre otras.
- Vivir con estrés. Padecer períodos prolongados de estrés puede comprometer la salud y acelerar el proceso de envejecimiento. Asimismo, se deteriora la calidad del sueño, el funcionamiento del sistema inmunológico, se incrementa la pensión sanguínea y aumenta el peso.
- Abusar del maquillaje. Su uso excesivo provoca consecuencias negativas para la salud cutánea dado que los residuos de estos productos se acumulan en los poros y ocasionan una serie de imperfecciones que impiden que los tejidos se oxigenen adecuadamente.
- La polución. Existen sustancias contaminantes que afectan los pulmones y la piel. Cuando más alta es la contaminación ambiental, más posibilidades existen de lucir una piel envejecida.
- Poca hidratación. Cuando el aporte de agua es insuficiente, la piel es una de las primeras en reaccionar. Incluso también los órganos internos la necesitan para su correcto funcionamiento.
- Pesimismo constante. Vivir enojado o malhumorado también provoca que la piel se agriete, incluso es un disparador para padecer enfermedades cardíacas, aumento del colesterol o de la presión arterial.
Ejercitarse e hidratarse previenen el envejecimiento
¿Cómo revertirlos?
- Evitar el uso de maquillaje cuando no sea necesario porque la piel necesita respirar al natural. También hay que limpiar diariamente el rostro para eliminar cualquier residuo de los productos cosméticos.
- No fumar o abandonar el hábito.
- Usar diariamente (en verano e invierno) protector solar igual o superior a 30 de factor de protección solar.
- Dormir como mínimo 8 horas diarias.
- Aumentar el consumo de frutas, vegetales, cereales integrales y carnes magras, y evitar los alimentos procesados, embutidos, productos de bollería industrial, aquellos que contengan sal, conservantes y grasas trans.
- Remplazar las gaseosas por agua o jugos de frutas naturales.
- Diariamente dedicar por lo menos 30 minutos a una rutina de ejercicio.
- Vivir con una actitud positiva y optimista.
Se aconseja aumentar el consumo de frutas, vegetales, cereales integrales y carnes magras
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
