Con la acrobacia en telas, el cuerpo se fortalece, la musculatura se define, y se gana equilibrio y flexibilidad
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
La tela acrobática (también conocida como danza aérea, ballet aéreo o tissue) es una modalidad de práctica circense del grupo de los ejercicios aéreos que consiste en realizar coreografías acrobáticas suspendido en una tela. No solo está considerada una danza sino un deporte en el cual se necesita fuerza y flexibilidad en cada movimiento, que puede ser en posición vertical, invertida o diagonal, o todas aquellas posibilidades que brinde la libertad de “danzar” en el aire. Precisamente esta novedosa variante permite ubicarse en un nuevo espacio y posición donde reconocer el cuerpo de otra manera y sentirse más cómodo con él.
Al comienzo parecía que se trataba de una disciplina solo apta para personas en óptimas condiciones físicas, sin embargo, con los recaudos necesarios y a fuerza de perseverancia cualquiera puede bailar en el aire. De esta manera, luego de atravesar los escenarios de múltiples circos, actualmente diversos gimnasios y lugares de fitness ofrecen la danza aérea entre su variedad de clases.
Dado que el cuerpo debe reaccionar a la gravedad, gana fortaleza y flexibilidad
¿De qué se trata?
La danza aérea es una de las mejores opciones especialmente para quienes les cuesta mantener una rutina deportiva. Además de divertida, beneficia en diversos aspectos físicos y psíquicos.
Lo principal a tener en cuenta es la altura. Es necesario que sea de aproximadamente 7 metros o más, y que exista un soporte suficientemente resistente, como vigas de acero. La altura ideal para colgar la tela debe ser de 3 metros o más.
En estas vigas se cuelgan por la mitad paños de aproximadamente 20 metros de largo, y de 1,5 metros de ancho. Los tejidos más utilizados son los que no se estiran, por ejemplo, el jersey de seda o el acetato. Son estas dos líneas de tela las que permiten dar rienda suelta a una actividad entre lo deportivo y artístico, donde el límite lo pone cada practicante.
Cada proceso es distinto y particular, pero en términos generales la acrobacia en tela consiste en el dominio del cuerpo con el elemento aéreo al punto de trabajar con él en niveles de altura que permitan la ejecución de secuencias, coreografías, figuras, piruetas o equilibrios.
Para su práctica no se necesitan requerimientos físicos o experiencia previa, tampoco de edad o sexo. No obstante, es imprescindible la voluntad de aprender y la disciplina del alumno/a, además de no temer a las alturas.
Existen diferentes tipos de ejercicios que abarcan amarres, enganches, formas y piruetas, que pueden realizarse de manera individual o grupal, en una o más telas. Es importante aprender a ajustar la tela alrededor de cada parte del cuerpo que se desee para evitar cualquier accidente o molestia durante la actividad.
La acrobacia en telas fortalece los huesos y músculos
Los beneficios de volar
La práctica de telas acrobáticas pone en movimiento la musculatura en su totalidad, por lo cual resulta un importante ejercicio donde las piernas, el abdomen y los brazos se reafirman. Dado que se trata de una técnica de suspensión, el cuerpo debe reaccionar a la gravedad y en consecuencia se gana fortaleza y flexibilidad. Otras de sus ventajas son:
- Favorece el conocimiento del propio cuerpo, se pierde el miedo a la altura progresivamente, y se ejercitan la paciencia y la concentración.
- Optimiza la resistencia física y mejora la elongación.
- Permanecer sujetado y suspendido de distintas partes del cuerpo define y tonifica los músculos.
- Es una forma divertida para perder peso.
- Se corrigen ciertos vicios posturales dado que la zona abdominal adquiere fuerza, resistencia y firmeza, a la vez que se reducen los dolores y las contracturas provocados por malas posturas compensatorias cuando estos músculos están poco trabajados.
- Al trabajar en contra de la gravedad, se favorece la circulación de retorno, y al oxigenar el cuerpo con el ejercicio intenso, se produce un beneficioso efecto de reactivación de la circulación que reduce la aparición de várices, celulitis e hinchazón por retención de líquidos, en especial en piernas y caderas.
- Es un ejercicio ideal para fortalecer los huesos.
- Se gana equilibrio y flexibilidad con lo cual mejora la parte mental y emocional.
- La capacidad de adquirir habilidades gimnásticas mejora la confianza y la autoestima.
- Es una técnica ideal para reducir el estrés, relajar el organismo y limpiar la mente.
- Genera endorfinas que brindan felicidad.
Además de ponerse en forma, esta disciplina brinda la sensación de flotar en el aire
¿Qué precauciones tomar?
- Ser consciente del propio nivel y no realizar figuras para las cuales aún no se está preparado.
- Siempre deberá estar presente un entrenador profesional y sólo bajo su supervisión realizar nuevas figuras.
- Es imprescindible colocar colchonetas debajo de la tela.
- Las figuras que se prueban por primera vez se realizan abajo. No se probarán en la altura hasta haber dominado el armado y desarme de la misma.
- Es fundamental respetar las disciplinas de calentamiento al comenzar y estiramiento al finalizar.
- La ropa debe ser ajustada (calzas, remeras de lycra) y la actividad se realiza sin medias.
- Quienes padecen alguna dolencia lumbar deberán acudir al médico antes de practicar este deporte.
- Al igual que otras disciplinas, esta modalidad también conlleva algunos riesgos. Por ejemplo, sufrir ciertas magulladuras por quedar apretado con los nudos, o que la fricción irrite la piel y, en el peor de los casos, padecer algún esguince o fractura.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.