Investigación que se centra en las asociaciones entre la dieta y la duración del sueño con el desarrollo de diabetes tipo 2
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Comprender la interacción entre la duración del sueño, los hábitos dietéticos y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es crucial para la salud pública y las estrategias de prevención de la diabetes.
Panorama
Muchas personas duermen menos de 7 horas al día, una condición a menudo denominada “duración corta del sueño”. Los períodos prolongados de sueño insuficiente están asociados con varios riesgos para la salud, incluido un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
Según la evidencia actual, aumentar la duración diaria del sueño a al menos 7 horas puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en personas con sueño insuficiente. Sin embargo, persisten los desafíos para lograr la duración recomendada del sueño, incluidos factores como los horarios de trabajo, las responsabilidades de cuidado de los niños y las presiones económicas. Dadas esas limitaciones, adherirse a un estilo de vida saludable puede ser un enfoque alternativo para mitigar el riesgo de diabetes tipo 2 entre las personas con una duración de sueño corta.
Las investigaciones anteriores proporcionan evidencia sustancial de que la corta duración del sueño afecta negativamente al metabolismo de la glucosa. Por el contrario, la literatura actual no ofrece evidencia sólida de que el sueño prolongado en personas con patrones de sueño normales interrumpa significativamente la regulación de la glucosa. Por lo tanto, la asociación entre la duración habitual del sueño largo (a menudo definida como más de 8 o 9 horas por día) y la diabetes tipo 2 puede no estar relacionada causalmente.
¿Existe asociación entre el tipo de dieta y la duración del sueño con el desarrollo de diabetes tipo 2?
Desafíos
Ante el interrogante de si existe alguna asociación entre la adherencia a una dieta saludable, la duración del sueño y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en adultos, los autores se plantearon la hipótesis de que un patrón de alimentación saludable reduciría el riesgo de diabetes tipo 2 entre aquellos con una duración de sueño corta.
Para ello, analizaron los datos de 247.867 adultos en el Biobanco del Reino Unido clasificados en cuatro grupos de duración del sueño (normal: 7-8 horas por día, corto leve: 6 horas por día, corto moderado: 5 horas por día, corto extremo:3-4 horas por día) y encontraron que las personas que dormían menos de 6 horas al día tenían un riesgo notablemente mayor de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con las que dormían de 7 a 8 horas de sueño.
A pesar de la asociación entre las dietas más saludables y la reducción del riesgo de diabetes tipo 2, el aumento del riesgo asociado con la corta duración del sueño persistió incluso entre los adultos con hábitos alimenticios saludables.
Hay que explorar si los patrones dietéticos pueden contrarrestar o aliviar las consecuencias metabólicas adversas asociadas con la corta duración del sueño
Resultados
Durante el seguimiento, el 3,2% de los participantes tenía diabetes tipo 2. El análisis de regresión de Cox, ajustado por variables de confusión, indicó un aumento significativo en el riesgo de diabetes tipo 2entre los participantes con 5 horas o menos de sueño diario. Aquellos que dormían 5 horas al día mostraron una FC ajustada de 1,16 (IC del 95 %, 1,05-1,28), y quienes dormían de 3 a 4 horas al día mostraron una RC ajustada de 1,41 (IC del 95 %, 1,19-1,68) en comparación con las personas con una duración normal del sueño.
Además, las personas con los patrones dietéticos más saludables tenían un riesgo reducido de diabetes tipo 2 (HR, 0,75 [IC del 95 %, 0,63-0,88]). La asociación entre la corta duración del sueño y el aumento del riesgo de T2D persistió incluso para las personas que seguían una dieta saludable, pero no hubo interacción multiplicativa entre la duración del sueño y la puntuación de una dieta saludable.
La falta de sueño puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2 a través, por ejemplo, de la alteración de la sensibilidad a la insulina celular
Conclusiones
Este estudio de cohorte encontró que la duración habitual del sueño corta se asoció con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, y que esta asociación persistió incluso entre los participantes que mantuvieron una dieta saludable. Como sugieren los estudios de laboratorio, la falta de sueño puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2 a través de varios mecanismos, como la alteración de la sensibilidad a la insulina celular, un metabolismo de la energía muscular esquelético que se desplazó hacia la oxidación no glucosa, aumento de la actividad del sistema nervioso simpático, y alteración de la composición de la microbiota intestinal.
No obstante, este trabajo no produjo evidencia convincente para apoyar la noción de que mantener una dieta caracterizada por un bajo consumo de carne roja y productos cárnicos procesados y una alta ingesta de frutas, verduras y pescado puede mitigar suficientemente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 asociado con la corta duración habitual del sueño. Sin embargo, es necesario explorar si los patrones dietéticos específicos, como la alimentación con restricciones de tiempo, pueden contrarrestar o aliviar las consecuencias metabólicas adversas asociadas con la corta duración del sueño.
Fuente
Nôga DA, de Mello e Souza MethE, Pekkola Pacheco A, et al. Habitual short sleep duration, diet, and development of type 2 diabetes in adults. JAMA Netw Open. 2024;7(3):e241147.