La comida chatarra es muy sabrosa, pero perjudicial si se abusa de su consumo. Hamburguesas, papas fritas, salchichas y snacks, en la mira
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial
Trabajar muchas horas, vivir apurado, estar todo el día fuera de casa y llegar tarde, o trabajar en casa y con la tentación de comer cualquier cosa, sumados el cansancio y la falta de tiempo para cocinar, convierten a la comida basura o “chatarra” en una práctica solución para paliar el hambre.
Si bien ocasionalmente “saca del paso”, si se transforma en un hábito y forma parte del menú diario, puede resultar un grave problema para la salud. En este sentido, se asocia a enfermedades como obesidad, patologías cardiovasculares, diabetes tipo 2, caries y celulitis, porque brinda al consumidor grasas, colesterol, azúcares y sal, en vez de fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, nutrientes que en realidad requiere el cuerpo para su sano rendimiento.
Si bien ocasionalmente “saca del paso”, si se transforma en un hábito y forma parte del menú diario, la comida chatarra puede resultar un grave problema para la salud
Problemática mundial
Diversas investigaciones sobre procesos socioculturales y nutrición se focalizan en aspectos como la globalización, modernización, urbanización, los cambios en el rol de la mujer y los adelantos tecnológicos, para comprender cómo afectan a la comida y la nutrición.
Las características económicas, culturales y políticas de un país tienen estrecha relación con su forma de alimentarse, por lo tanto, es importante considerar la influencia de estos factores en la nutrición. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace años alerta acerca de una epidemia de obesidad, diabetes e hipertensión en parte debido a los inadecuados hábitos alimentarios en el mundo.
Las papas fritas, la pizza, las hamburguesas, los dulces, los huevos fritos, las gaseosas, los helados, los snacks y otros alimentos pertenecen al grupo de la “comida chatarra”, expresión creada por Michael Jacobson, Director del Centro para la Ciencia en el Interés Público, en 1972, que designa a todos aquellos alimentos que carecen de valor nutricional, es decir, no aportan nutrientes. Por el contrario, brindan abundantes calorías, sal, azúcar y grasas, componentes poco saludables.
La comida chatarra aporta abundantes calorías, sal, azúcar y grasas, componentes poco saludables
¿Qué tienen?
En general la comida chatarra posee una elevada cantidad de proteínas de origen animal, aditivos como conservantes, colorantes y potenciadores del sabor que generan el hábito de consumirla (adicción), abundante aporte de azúcares simples, grasas saturadas, colesterol y sodio (pero bajo o nulo de fibras y vitaminas), además de un elevadísimo contenido calórico.
Algunos ejemplos son:
- Hamburguesas, salchichas y sándwiches: poseen alta cantidad de grasas (carne, mayonesa, algunos quesos y otros aderezos), además de excesiva cantidad de sal.
- Papas fritas: aportan abundante cantidad de grasas (aceites) y sodio (sal).
- Donuts y pastelería en general: contienen hidratos de carbono (harinas y azúcares) y grasas (aceites).
- Gaseosas o bebidas gasificadas: tienen excesiva cantidad de azúcares.
- Golosinas: solo brindan azúcares, sal y grasas.
- Snacks: se caracterizan por el elevado aporte de cloruro de sodio, colorantes, saborizantes, azúcares y grasas.
Las donuts y la pastelería en general contienen hidratos de carbono (harinas y azúcares) y grasas (aceites)
Linda por fuera, mala por dentro
La comida chatarra contiene grasas trans, aquellas que se producen al hidrogenar varios tipos de aceite, las cuales se asocian a varios problemas de salud graves. Por ejemplo, incrementan los niveles de colesterol LDL (malo) y disminuyen los niveles del HDL (bueno), lo cual puede aumentar las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas.
Asimismo, su consumo habitual genera riesgo de padecer diabetes tipo 2 porque produce, con el tiempo, un incremento en la resistencia a la insulina. Por supuesto, también esta comida es responsable de las elevadas tasas de sobrepeso y obesidad que existen actualmente en el mundo, además de aumentar los niveles de sodio y, en consecuencia, afectar la presión sanguínea (hipertensión).
El consumo habitual de comida chatarra genera riesgo de padecer diabetes tipo 2 porque produce, con el tiempo, un incremento en la resistencia a la insulina
Otras consecuencias son:
- Digestiones difíciles: porque generalmente estos alimentos se cocinan fritos, empanados o rebozados.
- Alteración del sentido del gusto: por el mayor contenido de sal, y por los conservantes, colorantes, condimentos, aditivos o estabilizantes que potencian el sabor, estimulan el apetito y, con el tiempo, alteran la percepción del sentido del gusto.
- Riesgo de padecer enfermedades renales o hepáticas.
- Adicción.
La comida chatarra genera digestiones difíciles porque generalmente estos alimentos se cocinan fritos, empanados o rebozados
Este tipo de comida es muy popular por la sencillez de su elaboración (sometida habitualmente a procesos industriales) y conservación (en varios casos no necesita refrigeración y su fecha de caducidad suele ser larga), su precio es relativamente económico y su amplia distribución comercial hace que resulte fácilmente accesible. Asimismo no suele requerir preparación, es práctica para consumir y ofrece una gran diversidad de sabores.
Lamentablemente la comida chatarra es reflejo de una economía que se basa en una sociedad capitalista y consumista. Por lo tanto, desde diversos puntos de vista, resulta un daño y no un bien para la sociedad.
Los locales de comida rápida, a través de la publicidad persistente y sus atractivas fotografías, alimentan la epidemia de obesidad y estimulan a que la gente coma más calorías de las que necesita. Una tarea para hacer en casa consiste en educar a los pequeños acerca de las consecuencias irreversibles que produce este tipo de alimentación.
Una tarea para hacer en casa consiste en educar a los pequeños acerca de las consecuencias irreversibles que produce este tipo de alimentación