La diabetes tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente o nula de insulina, y su tratamiento consiste en la administración diaria de esta hormona
Por la Lic. María Fernanda Cristoforetti, Editora de Lugones Editorial, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), en 2021 había aproximadamente 537 millones de adultos (20-79 años) con diabetes. Se prevé que el número total de personas con diabetes aumente a 643 millones en 2030 y a 783 millones en 2045. Es posible tratarla, y evitar o retrasar sus consecuencias mediante la realización de actividad física y la implementación de alimentación sana, además de la medicación y los controles periódicos.
¿Qué es la diabetes tipo 1?
Esta enfermedad se produce cuando el páncreas no produce insulina o produce muy poca. La insulina es una hormona que ayuda a que el azúcar en la sangre ingrese a las células del cuerpo, donde se puede usar como fuente de energía. Sin insulina, el azúcar en la sangre no puede entrar a las células y se acumula en el torrente sanguíneo. Tener niveles altos de azúcar en sangre es dañino para el cuerpo y causa muchos de los síntomas y complicaciones de la diabetes.
Anteriormente llamada diabetes insulinodependiente o diabetes juvenil, generalmente se diagnostica en los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes, pero puede presentarse en personas de cualquier edad.
La diabetes tipo 1 ocurre cuando el páncreas produce poca o nula insulina
¿Cuáles son sus causas?
Se desconoce la causa exacta que la origina. Por lo general, el propio sistema inmunitario, que normalmente combate bacterias y virus dañinos, destruye las células del páncreas que producen la insulina (islotes). Otras posibles causas son la genética (antecedentes familiares), y la exposición a virus y a otros factores ambientales.
¿Cómo se manifiesta?
Pueden pasar varios meses o años antes de que se destruyan suficientes células beta y aparezcan los síntomas de la diabetes tipo 1. Pueden aparecer de forma repentina e incluyen:
- Tener más sed de lo habitual.
- Orinar demasiado.
- En el caso de niños, mojar la cama de noche cuando nunca les sucedió antes.
- Tener mucha hambre.
- Bajar de peso sin intención.
- Sentirse irritable o tener cambios en el estado de ánimo.
- Sentirse cansado y débil.
- Visión borrosa.
Hay que controlar el nivel de azúcar en sangre con regularidad para prevenir o retrasar las complicaciones de la enfermedad
¿Cuáles son sus complicaciones?
Con el tiempo, las complicaciones de la diabetes tipo 1 pueden afectar a los principales órganos del cuerpo, producir discapacidades, incluso poner en riesgo la vida:
- Enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. La diabetes aumenta el riesgo de sufrir algunos problemas cardíacos y de los vasos sanguíneos como: angina de pecho, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, estrechamiento de las arterias (ateroesclerosis) y presión arterial alta.
- Daño a los nervios (neuropatía). El exceso de azúcar en sangre puede dañar las paredes de los vasos pequeños (capilares) que alimentan los nervios. Se observa especialmente en las piernas. Esto puede causar hormigueo, entumecimiento, ardor o dolor. Generalmente comienza en las puntas de los dedos de los pies o las manos, y se extiende hacia arriba. Un nivel de glucosa en la sangre mal controlado puede causar que pierdas la sensibilidad en las extremidades afectadas con el tiempo.
- Daño renal (nefropatía). Los riñones cuentan con millones de vasos sanguíneos diminutos que evitan que los desechos se filtren a la sangre. La diabetes puede dañar este sistema y causar insuficiencia renal o una enfermedad renal en etapa terminal irreversible.
- Daño ocular (retinopatía). La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos de la retina (la parte del ojo que detecta la luz) lo que puede provocar ceguera. Además, aumenta el riesgo de sufrir otras afecciones graves como cataratas y glaucoma.
- Daños en el pie. Las lesiones en los nervios de los pies o un flujo sanguíneo deficiente en ellos aumentan el riesgo de algunas complicaciones que, si no se tratan, las heridas y las ampollas pueden convertirse en infecciones graves que podrían derivar en la extirpación de dedos del pie, los pies o las piernas (amputación).
- Afecciones de la piel y la boca. Las infecciones fúngicas y bacterianas, y enfermedades de las encías y sequedad en la boca son algunas afecciones que la diabetes puede provocar.
- Complicaciones en el embarazo. Los altos niveles de glucosa en sangre pueden ser peligrosos para la madre y el bebé. El riesgo de aborto espontáneo, la muerte fetal intrauterina y los defectos de nacimiento aumentan cuando la diabetes no está bien controlada. Incluso, en la madre la diabetes aumenta el riesgo de cetoacidosis diabética, retinopatía, presión arterial alta debida al embarazo y preeclampsia.
Realizar actividad física, implementar una sana alimentación, además de la medicación y el control periódico, son aspectos claves del tratamiento de la diabetes tipo 1
¿Cuál es su tratamiento?
La diabetes 1 no se puede prevenir, pero sí tratar. Es el paciente quien controla su enfermedad, acompañado de un equipo de atención médica multidisciplinario que incluye: el médico de atención primaria, el médico de los pies, el dentista, el oftalmólogo, el nutricionista y el educador en diabetes, además de la familia y el entorno social.
El tratamiento consiste en aplicar diariamente inyecciones de insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre y darle al cuerpo la energía que necesita, y medir el nivel de azúcar en la sangre con regularidad para prevenir o retrasar las complicaciones relacionadas con la diabetes.
Autora: Lic. María Fernanda Cristoforetti. Derechos de reproducción: Sello Editorial Lugones®, Editorial Biotecnológica S.R.L. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este artículo sin las autorizaciones de la autora y de la editorial. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.